Un montañero navarro de 27 años de edad ha fallecido este sábado tras sufrir un accidente de montaña cuando escalaba en el pico Aspe (2.645 m), dentro del término municipal de Aísa y cerca de la estación de Candanchú. 

Según ha informado la Guardia Civil, dos montañeros, vecinos de Pamplona, estaban escalando la vía Norte Clásica del Aspe, equipados con material de alpinismo, cuando uno de ellos se ha precipitado unos 200 metros. Su compañero ha quedado enriscado. Se trata de una ruta clásica con tramos de hasta 55 grados de inclinación que en estos momentos está cubierta de hielo y nieve.

Tras recibir el aviso se ha desplazado a la zona el Greim de Jaca, la Unidad Aérea de Huesca y un médico del 061. Después de sobrevolar la zona, han localizado al montañero caído, que presentaba signos incompatibles con la vida, por lo que mediante ciclo grúa han evacuado el cadáver a la aeronove. También han recogido a su compañero, de 26 años, que estaba ileso. 

Ambos han sido trasladados al helipuerto del Destacamento de la Escuela Militar de Montaña de Candanchú, donde esperaban los servicios funerarios para trasladar al fallecido al Hospital de Jaca. El montañero ileso ha abandonado el lugar por sus propios medios. 

Es la primera víctima mortal del año en actividades deportivas en la naturaleza en la provincia de Huesca. El 2023 se cerró con 16 personas fallecidas, 14 de ellas por accidentes y otras dos por infartos. El último siniestro fatal tuvo lugar el 18 de noviembre cuando un montañero de 52 años, también navarro, perdió la vida en la Escupidera, el punto más delicado de la ascensión al Monte Perdido (3.347,5 m). 

Septiembre fue el mes más negro con cinco víctimas mortales: dos jóvenes de Zaragoza de 31 y 34 años ahogados en un barranco de Biescas; una montañera estadounidense de 65 años despeñada en la Canal de Fabetas del Parque Nacional de Ordesa, en Torla; un escalador de 56 años y vecino de Barcelona que se cayó al vacío en la Cresta de Llosas, una vía de acceso del Aneto, en Benasque; y una senderista francesa de 50 años hallada muerta en un barranco de Nerín después de diez días desaparecida.

Además, mayo dejó cuatro muertos: un saltador base de 34 años, natural de Madrid pero residente en Escarrilla, fallecido tras lanzarse desde Punta Calva, en Plan; un barcelonés de 69 años ahogado en los estrechos de Balced (Adahuesca); un montañero también barcelonés de 59 años tras una caída en la Gran Facha, en Sallent; y un senderista oscense de 70 años infartado en La Fueva.

En junio hubo una sola víctima mortal, un joven francés de 28 años ahogado en un barranco de Bierge. Y en julio perdieron la vida dos personas: un senderista de 58 años y vecino de Tafalla (Navarra) por un infarto en el pico Gamueta, en Ansó; y un vecino de Guipúzcoa de 67 años despeñado durante una excursión en Panticosa.

En agosto se registraron dos accidentes mortales más: una montañera navarra de 30 años en el pico Montferrat, en Torla; y un montañero también navarro de 52 años en la ruta hacia la Cresta de Llosás, en el Parque Natural Posets Maladeta.