Netflix lleva a la pantalla el camino del Santo Grial desde Huesca hasta Valencia

Cristina Monzón y Alejandro Martínez-Notte son los dos peregrinos seleccionados para mostrar en el documental 'Misterios de la fe' la ruta que debió seguir la sagrada reliquia. 

Rodaje del documental con los dos peregrinos protagonistas en el camino del castillo de Loarre.
Rodaje del documental con los dos peregrinos protagonistas en el camino del castillo de Loarre.
Heraldo

La plataforma de televisión Netflix llevará a las pantallas el camino de peregrinación del Santo Grial que se custodia en la catedral de Valencia a través de un nuevo documental 'Misterios de la fe', donde también se habla de otros tesoros sagrados con poderes milagrosos que se guardan bajo llave. 

Cristina Monzón, medio valenciana medio aragonesa, y el argentino afincado en Valencia Alejandro Martínez-Notte son los protagonistas de la ruta de peregrinación que emula los pasos que debió seguir el Santo Cáliz desde su entrada a España por el puerto oscense de Somport hasta su llegada a la catedral de Valencia. Ellos fueron los dos peregrinos seleccionados por Netflix para mostrarla al mundo.

El documental recorre los espacios por donde pasó el Santo Cáliz, que permaneció durante siglos custodiado en distintos sitios de la provincia de Huesca, según señala la tradición. Llegó en el año 258 d. C, cuando San Lorenzo recibió de manos del Papa Sixto II la misión de poner a salvo el cáliz usado por Jesús y los apóstoles en la Última Cena. Había sido llevado a Roma por el propio San Pedro, el apóstol y primer Papa, y San Lorenzo, que cuatro días después moriría martirizado en la parrilla y sería luego el patrón de Huesca, envió la sagrada copa a sus padres, San Orencio y Santa Paciencia, que vivían donde ahora se encuentra la ermita de Loreto. 

Se dice que luego se trasladó a la iglesia de San Pedro el Viejo y que luego se ocultó en la ermita de Yebra de Basa y en San Pedro de Siresa. También en la catedral de Jaca y en San Juan de la Peña, desde donde fue llevado al palacio de la Aljafería de Zaragoza hasta que, finalmente, Alfonso V de Aragón entregó el Grial a Valencia en el siglo XV.

Cristina y Alejandro llevan un año recorriendo a pie los 650 kilómetros que separan Huesca de Valencia, pasando también por la provincia de Zaragoza. Para él, recorrer este camino está siendo una oportunidad única de descubrir las dos comunidades autónomas. “He tenido el privilegio de conocer más de cien municipios a través de un turismo 'slow' y consciente que me ha conectado con el maravilloso legado cultural y paisajístico que tienen ustedes en España”. Todo ello desde el respeto al medio ambiente, "porque los peregrinos no contaminamos e intentamos dejar solo huellas positivas a nuestro paso".

Cristina afirma que se siente orgullosa de que por fin la historia del Santo Grial se difunda a escala internacional. “Tenemos la esperanza de que Netflix pueda ser el detonante que inspire a miles de peregrinos a viajar a Aragón y la Comunidad Valenciana para conectar con la energía del amor, el diálogo y la concordia que emana esta reliquia". Asimismo considera que el camino puede convertirse en un motor de desarrollo turístico-cultural para muchos municipios.

Alejandro explica que se han encontrado con tramos del camino sin señalizar y esta sería su primera reivindicación, aunque la aventura ha valido la pena.

Para Cristina, que tiene sangre aragonesa por la rama paterna, esta peregrinación guarda un especial simbolismo porque es una forma de acercar, más aún si cabe, a dos comunidades hermanadas históricamente: Aragón y la Comunidad Valenciana. "Si el Camino de Santiago es la peregrinación del eje atlántico, estoy convencida de que el Camino del Santo Grial puede convertirse en la peregrinación estrella del eje mediterráneo-aragonés. Creo que con el desarrollo de ambos ejes, España puede llegar a ser el destino europeo por excelencia del Turismo de Peregrinaciones", apunta Monzón, que además de peregrina es técnico en turismo.

La serie de Netflix tampoco pasa por alto las evidencias arqueológicas e históricas que a juicio de la peregrina avalan la veracidad del Santo Cáliz de Valencia, "la única pieza que pudo estar sobre una mesa judía en la Pascua del siglo I, ya que solo ésta supera todos los filtros 'kosher' y los requerimientos del exigente ritual hebreo". 

Cita los últimos estudios arqueológicos realizados desde los años 60 del siglo pasado hasta la actualidad, entre los que destaca la obra de Ana Mafé, quien también tiene un papel protagonista en la serie de Netflix, para decir que el Santo Cáliz de Valencia es una auténtico 'kosh kidush' o lo que es lo mismo, una copa de bendición judía coetánea a los tiempos de Jesús. "Algo tan concluyente que llevó a la Santa Sede a declarar desde el 2014 a Valencia, ciudad jubilar cada cinco años y a perpetuidad, colocando a la ciudad del Turia en el mismo estatus que Jerusalén y Roma y por encima de Santiago de Compostela, que solo celebra su jubileo cuando Santiago se celebra en domingo".

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