La Policía comprueba que no quedan okupas en la casa de Huesca que va a derribarse

Comienzan los trabajos previos a la demolición de este edificio, situado en la plaza San Voto, que está deshabitado y se demolerá tras el incendio ocurrido en un patio interior del mismo.

Agentes de la Policía Nacional en la puerta de entrada del edificio de la plaza San Voto que va a derribarse.
Agentes de la Policía Nacional en la puerta de entrada del edificio de la plaza San Voto que va a derribarse.
Verónica Lacasa

Este lunes han comenzado los preparativos para llevar a cabo el derribo del edificio situado en el número 6 de la plaza San Voto, en el centro de Huesca. En un patio interior de esta casa, deshabitada y ocupada de manera ilegal, se produjo el domingo 1 de octubre un incendio, al parecer, por la quema de unos colchones. También habían hecho fuego en una de las ventanas de un cuarto de la primera planta con unos papeles.

El edificio, que no está declarado en ruina, es uno de los dos que queda en pie en esta plaza, donde está prevista una intervención urbanística desde hace décadas para la construcción de más de 100 pisos. Tras el incendio, el Ayuntamiento anunció su intención de derribarlo, ya que se encuentra junto a un colegio. Al final, los propietarios del suelo comunicaron que ellos acometerían la demolición.   

Hacía las 10.00 se ha puesto en marcha el dispositivo necesario para comprobar, por parte de la policía, que no quedaba nadie en el inmueble. En los últimos días, a pesar de la colocación de un candado en la puerta para impedir el acceso tras el fuego, algunas personas pudieron colarse. Los agentes han inspeccionado el interior para verificar que, efectivamente, se encuentra vacío y que se puede empezar el derribo. 

Hacia esa misma hora han empezado a llegar las máquinas de la empresa de obras a la cual se le ha encargado el derribo. Los preparativos han comenzado con la retirada de elementos de materiales de fibrocemento, reforzado con amianto o asbesto, por lo que se debe manipular como un residuo peligroso. Asimismo, se han sacado otro elementos del exterior como las chimeneas y los bajantes de aguas pluviales.

Se estima que las obras se prolongarán durante unas dos semanas, según ha informado la dirección del centro escolar a los padres de los alumnos. Para garantizar la seguridad de los niños que entran y salen del colegio la empresa encargada de los trabajos marcará con vallas un perímetro de alrededor del edificio para evitar cualquier circunstancia que pueda suponer un peligro para los pequeños. 

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