Así se desmantelará Inquinosa: 371 toneladas de residuos tóxicos y más de un año de obras
El plan de trabajo que ha aprobado el Inaga incluye medidas especiales para minimizar los riesgos para los operarios y evitar la contaminación del aire y el suelo.
Las obras para desmantelar la antigua fábrica de Inquinosa de Sabiñánigo, que contaminó la zona con vertidos de lindano –un pesticida prohibido por la UE– entre los años 1975 y 1989, durarán 383 días laborables y generarán un total de 371 toneladas de residuos peligrosos. Así lo establece el plan de trabajo y la evaluación de impacto aprobada por el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga). Los preparativos arrancaron hace unas semanas con derribos de depósitos en parcelas anejas a la antigua planta.
En una primera fase previa, que se prolongará durante 73 días, se ejecutarán infraestructuras auxiliares como un vallado opaco para cerrar la finca con seguridad; instalaciones higiénicas para los trabajadores con zona limpia (blanca), intermedia (duchas) y contaminada (negra); tanques de tormenta para tratar las aguas de escorrentías; y una zona de clasificación y almacenamiento temporal de residuos generados.
Y a continuación llegará la delicada fase de desmantelamiento de los edificios, con una duración de 310 días. A su vez, esta se ha dividido en tres etapas comenzando por los edificios menos afectados por la contaminación y de estructura más sencilla para acabar progresivamente con los de mayor envergadura y con concentraciones más altas en HCH. En estos últimos se fabricaba, almacenaba y envasaba el lindano.
Sistema de aspiración total de polvo
Para ello se emplearán las técnicas más adecuadas para evitar la dispersión de los contaminantes reduciendo los riesgos y la exposición a agentes químicos y cancerígenos del personal, que deberá ir siempre provistos de equipos de protección individual ante el peligro que supondrán las emisiones de partículas. De hecho, habrá un sistema de aspiración total de polvo, además de nebulizadores y lonas protectoras.
Además, se deberá minimizar al máximo el movimiento de tierras dentro de las parcelas declaradas como suelos contaminados, limitándose a pequeñas excavaciones. Y la maquinaria que salga de la zona contaminada deberá pasar obligatoriamente por un lavado de ruedas y chasis a presión.
Asimismo, se contempla la limpieza con granalla (arena) de los revestimientos interiores y exteriores de los edificios que previamente se pintarán con óxido de titanio para conseguir una reducción de la contaminación.
En total, los trabajos de desmantelamiento prevén generar 2.425 toneladas de residuos no peligrosos con una concentración inferior a los 50 mg/kg, que se triturarán para su empleo posterior como relleno de suelos. Y habrá 371 toneladas más de residuos peligrosos entre amianto y lindano. Estos últimas deberán almacenarse en contenedores estancos.
Toma diaria de muestras y estación meteorológica
El Inaga ha dado el visto bueno a la declaración de impacto ambiental simplificada porque "no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente". No obstante, impone una serie de medidas preventivas y correctoras adicionales como realizar una toma de muestras y análisis de la contaminación atmosférica diaria cuando se estén ejecutando las labores de desmantelamiento sobre las zonas con mayor concentración de HCH hasta que estas se reduzcan, y luego ya podrán ser mensuales. En caso de detectar umbrales superiores a los 40 microgramos por metros cúbico, se paralizarían de inmediato los trabajos.
Por último, el adjudicatario también deberá disponer de un servicio de predicción que anticipe al menos con tres días los acontecimientos meteorológicos más importantes que puedan incidir en los trabajos; así como implantar un programa de vigilancia ambiental mediante el control de la calidad de aguas superficiales.
