La polémica de los cañones antigranizo en zonas frutícolas de Huesca vuelve al Senado

El Ministerio asegura que no hay ninguna autorización concedida en la demarcación del Ebro.

Uno de los cañones de una finca en Albalate de Cinca.
Uno de los cañones de una finca en Albalate de Cinca.
H. A.

El senador Carles Mulet ha vuelto a llevar esta semana al Senado la polémica sobre los cañones antigranizo instalados en la provincia de Huesca, aprovechando una comparecencia del secretario de Estado de Medio Ambiente. En cinco años, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil tramitó 31 expedientes de infracción por la instalación de estos aparatos que por medio de ondas expansivas deshacen las tormentas, en fincas de los municipios de Fraga, Albalate de Cinca y Belver de Cinca.

En concreto, el senador de Compromís, integrado en el Grupo Parlamentario de Izquierda Confederal, que en anteriores ocasiones ya se había interesado por este tema, preguntó por los motivos por los que la Confederación Hidrográfica del Ebro "no ha adoptado ninguna medida para exigir la erradicación de los dos sistemas antigranizo de Belver de Cinca y Albalate de Cinca". El Ayuntamiento de este último municipio dice que supone "un tormento" para algunos vecinos, e incluso se creó una plataforma ciudadana. 

Según el senador, el Gobierno ha reconocido reiteradamente que no existe autorización para el uso de sistemas antigranizo. La Ley de Aguas en el artículo 3 deja claro que la fase atmosférica del ciclo hidrológico solo podrá ser modificada artificialmente por la Administración del Estado o por aquellos a quienes esta autorice. "Hemos denunciado reiteradamente la existencia de estos cañones en Huesca, Albalate de Cinca, Belver de Cinca, Fraga, Sena, en toda la comarca Somontano, en Gavarda, en el País Valencià, en Sant Rafel del Riu, en Castellón, y las respuestas de este ministerio han sido totalmente contradictorias. Se trata de un sistema muy molesto e ilegal", señaló Mulet. 

El parlamentario explicó que "es aparecer una nube y empieza el bombardeo ya sea en horario laboral, de descanso, de noche o festivo" y se refirió al impacto "gravísimo" contra la salud y el descanso, contra el ciclo del sueño o contra la avifauna. "Los ayuntamientos se quejan, los vecinos se quejan y las confederaciones y ministerios cada vez hacen o dicen una cosa totalmente contradictoria", dijo, preguntándose "¿por qué no actúan?". "Hemos pedido muchas veces que nos expliquen en qué han quedado esas sanciones, si se han pagado o no; y lo más importante, si se han desmantelado o no esas actividades. Seguramente la sanción resulta más económica que una licencia de actividad que no se puede dar de ninguna de las maneras".

En su respuesta, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, le recordó que el Ministerio para la Transición Ecológica pidió un informe a la Agencia Estatal de Meteorología. El mismo cuestionaba la efectividad de este sistema para concluir que el uso de actividades antigranizo utilizando cañones que producen un fuerte ruido no tiene base científica alguna para los efectos que se pretenden conseguir. Y advertía  que no se aprecian efectos de estas actividades sobre el clima local. 

"Se trata, por tanto, de técnicas que carecen de cualquier fundamento científico, que no causan ningún efecto apreciable en el clima y que, por lo tanto, no violan la Ley de Aguas", contestó el secretario de Estado, quien recordó que su ministerio no es la Administración competente a la hora de autorizar, denegar o identificar los cañones, y que las molestias por la contaminación acústica son responsabilidad de las administraciones autonómicas y locales. 

Por último, aseguró Hugo Morán, "en la actualidad no existe ninguna autorización vigente otorgada por el ministerio para el uso de cañones sónicos antigranizo en el ámbito territorial de la Confederación Hidrográfica del Ebro". 

Según la CHE, no hay en sus archivos peticiones de autorización en los últimos años. La más reciente, de 2018, fue tramitada para dos sistemas de protección mediante ondas de choque con un radar de detección de nubes. Entonces se solicitaron informes sectoriales a la Aemet, el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental y Salud Pública. La Aemet respondió que para la Organización Meteorológica Mundial estas técnicas "no tienen base científica ninguna". Por ello, la CHE entendió que no procedía autorizar ni denegar una instalación que no parece evitar el agua precipitada.

No obstante, se hizo un seguimiento y se investigaron sistemas antigranizo en Fraga, Albalate, Belver y la Comarca del Somontano, interponiendo cuatro sanciones por modificar la fase atmosférica del ciclo hidrológico para evitar precipitaciones de granizo sin previa autorización, con importes de hasta 1.500 euros. 

Albalate de Cinca ha sido una de las localidad que más activamente ha criticado los cañones, ya que convive con varios instalados en dos grandes explotaciones de fruta. El Ayuntamiento se ha quejado, ha denunciado ante la CHE y el Seprona, pero dice que el problema es que no hay una regulación. Solo han conseguido hasta ahora que trasladen un cañón y se lo lleven a otro término municipal.

El fenómeno va a más y al ser relativamente nuevo no existe una legislación específica, reconoce el Seprona de la Guardia Civil, pese a que puede suponer una pesadilla por el ruido, detonaciones cada 5 segundos, a veces durante horas. 

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