Condenado a 53 años de prisión el guardia civil de Barbastro que abusó de 11 niños a los que daba extraescolares

Un abogado de la acusación solicitará su ingreso en la cárcel, donde cumpliría un máximo de 15 años, ante la posibilidad del riesgo de fuga. 

El guardia civil acusado de abusos, con chaqueta marrón, saliendo de la sala de vistas de la Audiencia de Huesca con su abogado.
El guardia civil acusado de abusos, con chaqueta marrón, saliendo de la sala de vistas de la Audiencia de Huesca con su abogado.
Verónica Lacasa

El agente de la Guardia Civil S. E. C, de 50 años, acusado de abusos sexuales contra 11 niños a los que impartía clases de inglés extraescolares en dos colegios públicos de Barbastro, ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Huesca a 53 años de cárcel. El fallo, emitido el lunes 26, se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón en un plazo de diez días, si bien el abogado que ha defendido a buena parte de las víctimas, José María Orús, va a solicitar el ingreso en prisión del condenado ante la posibilidad de riesgo de fuga.

En esta causa, que conmocionó a la sociedad barbastrense cuando el guardia civil fue detenido en 2019, se vieron afectados 16 menores con edades comprendidas entre los 6 y los 10 años y pertenecientes a dos colegios públicos de Primaria de la ciudad del Vero. El tribunal considera probado que el acusado cometió abusos sexuales continuados sobre nueve niños y establece una pena de 5 años y 1 día por cada menor. Además, se le condena también por un delito de abuso sexual con prevalimiento (haciendo valer su superioridad de profesor) sobre otros dos, por lo cual se enfrenta a penas de 4 años por cada niño. 

Sin embargo, considera que no hubo delito en el caso de otros menores, pese a que todos los niños que participaron en esta actividad extraescolar en dos cursos distintos en 2018 y 2019, coincidían en su relato. En la resolución el tribunal señala que el acusado “abusó de los que tenía que educar, proteger y cuidar”. En caso de que se confirme el fallo de la Audiencia Provincial el acusado se enfrentará, según lo tipificado por el código penal al cumplimiento efectivo del triple de la condena mayor, es decir 15 años y 3 días, menos los siete meses que estuvo en la cárcel cuando fue detenido en 2019.

El denunciado era jefe de Intervención de Armas en el puesto de la Guardia Civil de Monzón cuando se produjeron los hechos. Residía en Barbastro, estaba casado y es padre de dos hijos. Además de impartir clases extraescolares en dos colegios mantenía una intensa vida social, siendo colaborador con un club de baloncesto como monitor y también miembro de un club atletismo.

La colocación de una cámara por parte de una compañera de clases extraescolares ha sido clave en este caso, ya que se pudo registrar en video todos los tocamientos que realizaba este agente, que fue suspendido del cuerpo de la Guardia Civil al ser detenido. 

La profesora sorprendió al entrar en su clase a S. E. C. con un niño sobre sobre sus rodillas, reaccionando el ahora condenado de una forma extraña. Esta actitud alarmó a esta joven que decidió colocar por su cuenta y riesgo una cámara de vídeo para grabar las sesiones. Al visionar las imágenes y comprobar el contenido sexual, lo puso en conocimiento inmediato de la Guardia Civil, que inició una investigación a partir de las denuncias realizadas por algunos padres.

La legalidad o no de la colocación de esta cámara fue la clave de la defensa, que esgrimía que “vulneraba el derecho del profesor y de los niños”. Argumento que ha sido desestimado por el tribunal al considerar que fue una actuación “proporcionada” y motivada por fundadas sospechas “sin vulnerar la intimidad de los niños” y que además es una medida avalada por el Tribunal Supremo en caso de actuación de personas particulares, no así si fuera realizada por fuerzas de seguridad del Estado.

A este respecto, el abogado José María Orús alaba la actuación de esta joven profesora “porque si no, hubiera sido muy difícil probar estos hechos”. Para el letrado “es muy importante que la gente denuncie este tipo de cuestiones y hay que darle las gracias a la profesora por su valentía porque si no, no estaríamos en este punto”. Asimismo, recalcaba el “alivio” que han sentido las familias tras conocer la sentencia y “pese al sufrimiento y padecimiento de estos años, la justicia ha cumplido con su cometido y podemos decir que la sociedad es más segura con un delincuente fuera de juego. Muchos niños no van a padecer el riesgo de sufrir estas situaciones precisamente porque se denunció en su momento por una profesora admirable”.

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