"Va a ser un antes y un después para todos". Así de esperanzado se muestra Francisco José Santolaria, alcalde de Alerre, ante el próximo inicio de las obras que va a acometer la Diputación Provincial de Huesca para construir una conducción de 5,5 kilómetros que llevará agua de boca de calidad a este municipio y a los de Chimillas y Banastás, cuyos vecinos llevan años sin poder beber agua del grifo por los altos niveles de nitratos en sus manantiales.

El proyecto ha salido a licitación por 533.000 euros y las empresas tienen hasta la próxima semana para presentar ofertas. El plazo de ejecución es de seis meses. La DPH asumirá el 80% del coste de la obra y los tres ayuntamientos, constituidos en mancomunidad, financiarán el 20% restante.

El objetivo es dotar a estos tres núcleos, que suman cerca de 900 vecinos censados (aunque la población flotante es mayor por la cercanía con la ciudad de Huesca) de agua de calidad y cantidad suficiente. Y es que las fuentes de abastecimiento de todos ellos presentan desde hace años problemas de calidad porque la concentración de nitratos y nitritos supera los límites legales establecidos para el agua de consumo humano.

La solución que se ha adoptado es realizar una conexión desde el depósito situado en las Lomas de Cillas, que es de titularidad del Ayuntamiento de Huesca, hasta los depósitos de los tres municipios, a los que les llegará un agua con las mismas propiedades y calidad que la del suministro de la capital oscense. Además, se ha añadido una ramificación hasta el Centro Manuel Artero de Valentia, donde atienden a 190 personas con discapacidad intelectual, porque sufre los mismos problemas de nitratos en su abastecimiento.

Así las cosas, el trazado está dividido en varios tramos de tuberías que suman 5,5 kilómetros: del depósito de Lomas de Cillas -con una capacidad de 6.000 metros cúbicos- hasta el cruce con la carretera-A-132 y de allí en distintas conducciones hacia Alerre, el Centro Manuel Artero, Chimillas y Banastás.

Francisco José Santolaria recuerda que los problemas se iniciaron cuando la Unión Europea rebajó de 100 a 50 mg/l el nivel máximo permitido de nitratos en aguas potables. Como consecuencia de ello, tienen que estar siempre pendientes de los análisis "viendo si los niveles están por encima o por debajo porque varían en función de la época del año", explica el alcalde de Alerre. No obstante, muchos vecinos han decidido recurrir directamente a la compra de agua embotellada tanto para beber como para cocinar. Además, las dos fuentes del pueblo suelen estar cerradas.

Una fuente con agua desnitrificada en Chimillas

Mientras, en Chimillas confían en que la garantía de agua de calidad pueda atraer proyectos de desarrollo e incluso nuevos habitantes "porque el hecho de que ahora mismo no tengamos agua potable resta puntos a la hora de venir a vivir aquí", asegura el alcalde, Miguel Ángel Torres. «Estamos deseosos de que comiencen las obras cuanto antes porque va a ser un gran logro poder disfrutar de agua potable de calidad en el municipio después de tantos años», reconoce. Los vecinos solo usan el agua para riego y limpieza, "todo menos el uso doméstico y para animales". El Ayuntamiento llegó a instalar una desnitrificadora en una de las fuentes para rellenar garrafas para agua de boca potable.

También el alcalde de Banastás, Antonio Boné, admite estar expectante ante el comienzo de los trabajos "porque llevamos mucho tiempo esperando una solución a este problema", subraya. Prácticamente todos los vecinos optan también por la compra de agua embotellada "ya que los análisis de nitratos siempre salen mal".