Indignación en Aínsa por las pintadas aparecidas en la iglesia de Plampalacios

"Es un lugar muy bonito e idílico y ahora ves las pintadas y se te retuerce el estómago". Son palabras de Rafa García, un madrileño afincado desde 2010 en la comarca del Sobrarbe, donde puso en marcha la escuela de vuelo Girolibre en el aeródromo de Coscojuela de Sobrarbe, muy cerca de Aínsa. Y es que fue él quien descubrió el acto vandálico sobre las paredes de la iglesia de Plampalacios, del siglo XVI, casi la única construcción que todavía se mantiene en pie en este pueblo deshabitado tras la construcción del embalse de Mediano. Sus aguas todavía llegan hasta el interior del templo cuando roza el 100% de capacidad. 

Fue el pasado 16 de agosto cuando durante un vuelo con un alumno vio de lejos algo extraño en la iglesia. "Le pedí que aterrizara y cuando me acerqué ya me llevé el disgusto", recuerda. Y es que alguien había llenado de grafitis las paredes del edificio dejando algunas firmas como 'Situr'.

Gracias a las cámaras de videovigilancia del propio aeródromo de Coscojuela (para llegar a Plampalacios hay que tomar una pista que sale precisamente de la plaza de la iglesia de este núcleo de Aínsa) y a los testimonios de algunos vecinos, han podido hacer una reconstrucción de los hechos para tratar de dar con el responsable o responsables de este ataque al patrimonio. De esta forma, sospechan que los autores fueron cuatro hombres, de entre 30 y 40 años, que el pasado martes, sobre las 18.30, llegaron en coche hasta las proximidades del despoblado (el último tramo hay que hacerlo andando) con bebidas y bolsas donde creen que llevaban los esprais y abandonaron el lugar en torno a las 23.30.

De momento han conseguido el número de la matrícula del vehículo y lo van a poner en conocimiento de la Guardia Civil para investigue los hechos. "Se han cebado con la iglesia porque han hecho pintadas de todo tipo en todas las paredes y de todos los colores", critica Rafa García, quien reconoce que está aliviado al menos de que no pudieron acabar de forzar la reja que impide el acceso al interior de la iglesia, "porque dentro todavía se conservan unos frescos y habría sido aún peor". 

El alcalde de Aínsa, Enrique Pueyo, presentará una denuncia ante la Guardia Civil ya que la iglesia está dentro del municipio. "Ha sido un desastre", resume indignado, al tiempo que asegura que el Ayuntamiento se tendrá que hacer cargo en principio de los gastos de limpieza de las pintadas porque aunque el edificio es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Ebro, "siempre se han desentendido", afirma. De hecho, el Ayuntamiento tuvo que vallar en su día el acceso para evitar que la gente llegara en coche y salvaguardar mejor este patrimonio.