Jordi Clariana: "Le hemos perdido el respeto a la montaña"

El presidente de la Asociación de Guías del Valle de Benasque se suma a las voces que piden prudencia evitando el glaciar del Aneto en la ascensión.

Jordi Clariana (Barcelona, 1955) lleva 30 años trabajando de guía y viviendo en Castejón de Sos.
Jordi Clariana (Barcelona, 1955) lleva 30 años trabajando de guía y viviendo en Castejón de Sos.
Verónica Lacasa

La Guardia Civil ya ha avisado dos veces del peligro de subir al Aneto por el glaciar. ¿Aconseja renunciar a la ascensión?

La alerta partió de una reunión entre el Greim de Benasque, Montaña Segura, el Parque Posets-Maladeta, los guías y el guarda del refugio de la Renclusa. Incluso hubo comentarios sobre el cierre del acceso al Portillón, pero eso nos pareció muy drástico. Lo que sí intentamos es mentalizar a la gente de que en lugar de ir por la cara norte, por el glaciar, vaya por rutas alternativas, por la cara sur, por el ibón del Salterillo, que permite salvarlo.

¿Esta es una ruta más segura?

Es la que hacemos los guías a partir de junio y julio.

¿Y por qué todavía hay montañeros empeñados en ir por el glaciar sabiendo que al desaparecer la nieve aflora el hielo?

Porque es la ruta más conocida. La verdad es que algunos no saben ni dónde van. No llevan ni mapa ni nada y siguen a los demás. «¿El Aneto es por ahí?», preguntan. Les importa subir a la cima, la ruta les es indiferente.

Pese a la alerta sigue habiendo rescates.

Hay gente a la que no le llega la información y otra, que no hace caso. A alguno lo rescatan porque ha sufrido un accidente, pero a otros porque no llevan material. Tal y como está el glaciar, aunque sepas, tienes que ir controlando. Pero si además no sabes, es peligrosísimo. El problema es que desde hace unos años viene mucha gente sin experiencia. Han leído que se sube al Aneto, que es el más alto del Pirineo, y ¡hala!

¿Y qué les puede pasar?

Pues que se maten por un resbalón. O sufrir quemaduras por el rozamiento y golpes contra las piedras. Es como meterte en un tobogán de hielo gigante y deslizarte hasta una zona de piedras.

¿La información no llega?

El 10 de julio empezamos las charlas de Aneto Seguro, donde recalcamos las rutas alternativas.

¿Y se hace caso de las recomendaciones de los guías?

A veces me miran como si estuviera loco. Igual es que se le ha perdido el respeto a la montaña. Algunos se ven seguros porque hacen carreras por montaña y suben en 5 horas cuando a un guía le cuesta 10.

¿En algún momento se han planteado alguna restricción?

Se ha comentado, pero en la montaña ¿qué restricciones vas a poner? Es difícil. Se hablaba de instalar en el puente de Mahoma una cuerda fija o una cadena porque sería más fácil pasar, pero si lo ponemos más fácil va a subir aún más gente con menos nivel. El problema es que se prepara la montaña para la gente, en lugar de preparar a la gente para ir a la montaña. Intentamos que los recorridos sean más cómodos. Con la actual afluencia, hay más inexpertos, sin preparación, sin material. Preguntamos a alguien que quiere ir al Aneto: "¿Has usado alguna vez crampones y pilot?" Y contestan: "No, pero si se alquilan, los alquilo y voy".

En los Alpes hay restricciones.

La ruta más habitual del Montblanc cruza por una canal donde caen piedras como pianos. Existe un paso con un cable que te permite atravesar corriendo y si tienes suerte, no te toca. Lo llaman la bolera por lo de esquivar las piedras. El año pasado cerraron esa ruta por seguridad. Además, en un collado, guías o gendarmes controlan a los que acceden para ver si tienen reserva de alojamiento y llevan el material.

¿Lo podríamos copiar?

Es complejo cerrar una ruta. Y además, ¿qué vas a poner, a la Guardia Civil para que no pasen? Hay rutas alternativas. ¿Quienes somos para decirle a la gente que no puede ir por allí?.

¿Se frivoliza con una ruta que es muy exigente?

Ves en las redes sociales alguno que sube y baja en seis horas.

¿Qué es lo más inusual que ha visto en sus 30 años de experiencia como guía en el valle de Benasque?

Mucha gente en pantalón corto y zapatillas y sin material. El martes unos amigos vieron a un padre y su hijo de unos 12 años por el glaciar sin crampones ni piolet, con bastones. Es un problema de educación, y más ahora con el auge de las actividades de montaña. Por eso queremos incidir en la información y la difusión.

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