Caminando entre las nubes en los Mallos de Riglos

La compañía aragonesa Nostraxladamus llevó su espectáculo de funambulismo a Murillo de Gállego.  

Actuación de los funambulistas en el campin de Murillo de Gállego, con los Mallos de Riglos de fondo.
Actuación de los funambulistas en el campin de Murillo de Gállego, con los Mallos de Riglos de fondo.
Rafael Gobantes

Los Mallos de Riglos han sido este sábado el telón de fondo del espectáculo 'Volatineros', de la compañía aragonesa Nostraxladamus, en el marco del Festival Manhattan de Murillo de Gállego. Hace dos años estos funambulistas recibieron el premio a la mejor función de circo de la Comunidad. Actuaron en la plaza del Pilar de Zaragoza, pero ahora han querido hacerlo delante de estos monumentos naturales, donde algunos de ellos escalan. 

La compañía ha hecho la representación en el campin Armalygal. Ha sido más que un ejercicio circense, una propuesta multidisciplinar en la que dos funambulistas, dos acróbatas y tres músicos han intentado estar más cerca del cielo con la ayuda un cable de 40 metros de longitud suspendido a 11 metros del suelo, un trapecio y un mástil chino. Un desafío a la gravedad y un espectáculo de poesía visual para contener el aliento.

Solo se había hecho en 2019 en la plaza del Pilar y hace dos semanas en el CDAN de Huesca, para ahora empezar a girar. "Lo queríamos hacer con los Mallos de Riglos de fondos. El marco es increíble porque además la mayoría de los componentes del espectáculo escalan en esta zona y han trabajado mucho aquí, lo que les ha motivo a hacer el espectáculo aquí", ha explicado Víctor López, promotor del Festival Manhattan de Murillo junto a Alberto Castrillo. "Hay muy pocos espectáculos como este, ninguno en Aragón y en España prácticamente tampoco", comenta. Prueba de ello es la expectación generada, ya que a la función han asistido casi 400 personas.

Este es el segundo año del festival, repartido en cinco fines de semana salteados desde el 18 de junio. El último será el 13 y 14 de agosto, dedicado a Javier Fesser, su padrino este año, que estará estos días en Murillo, con la proyección de dos de sus películas: ‘El milagro de P. Tinto’, que irá acompañada de un concierto de Fetén Fetén, concebido expresamente para esta cita; e ‘Historias lamentables’. 

El festival es una iniciativa privada que cuenta con subvenciones de la Diputación de Zaragoza, el Ayuntamiento y la Comarca de la Hoya de Huesca. La elección de Murillo de Gállego se debe a que es el pueblo de Alberto Castrillo, director artístico y actor, que quería organizar una programación cultural aprovechando la presencia en verano de numerosos visitantes.  Aúna propuestas de teatro, de música, de danza o de circo. El último fin de semana se consagrará al cine.

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