alto gállego
La ermita de Santa Elena celebra el día de las Cruces y rinde homenaje póstumo a Máximo Palacio
Maxi, fallecido hace justamente dos años, fue la cara visible de la ermita de Santa Elena durante más de sesenta años.
Máximo Palacio Allué, conocido como Maxi, fue la cara visible de la ermita de Santa Elena durante más de sesenta años. Primiciero y ermitaño de Santa Elena, este domingo de Pentecostés se le ha rendido un merecido homenaje, en el día de las Cruces. Una tradición que se mantiene tradición tras generación y que se ha podido celebrar gracias al trabajo de la Hermandad de Santa Elena y a los cruceros de Sabiñánigo. No ha habido romería, porque no está permitido por las restricciones sanitarias, pero se ha celebrado, a primera hora de este domingo, una misa a puerta cerrada y con aforo muy reducido.
"Hoy es el día de las Cruces, en el que suben todas las cruces de Sabiñánigo hasta el santuario de Santa Elena", explica el párroco de Biescas Ricardo Mur. Es una romería "importante", pero que no se puede realizar como es tradicional por la pandemia. Por ello, "se ha celebrado una misa a primera hora de la mañana, y a puerta cerrada, sólo con los cruceros, un total de 29, y alcaldes de la zona", añade. Unas 50 personas de las 1.000 que suelen acudir en este día tan señalado. Y se ha tenido un recuerdo especial para maxi, con la inauguración de una lápida esculpida en piedra por la cantera Teresa Pueyo.
En ella aparecen un busto con su retrato en alto relieve y la leyenda ‘+In memoriam. Máximo Palacio Allué, primiciero de Santa Elena. Biescas, 1930-2019’. La lápida se ha colocado en el interior del templo, debajo del coro. También se ha presentado el retablo de la Virgen del Rosario, el último que quedaba por restaurar de los cinco que posee el santuario.
Maxi, fallecido hace justamente dos años, fue la cara visible de la ermita de Santa Elena durante más de sesenta años. Muy conocido por todo el Alto Gállego, además destacó por sus inquietudes culturales, plasmadas en numerosos escritos, un par de libros, un archivo fotográfico de varios miles de diapositivas de plantas y los telares que tenía y hacía funcionar en los bajos del Ayuntamiento de Biescas.
