La peticiones de ayudas urgentes para vivienda y alimentos en Cáritas bajan por segundo año

Atribuye la caída a que hay más entidades que dan dinero, y avisa de que un 40% de los beneficiarios son pobres crónicos.

Cáritas registró un aumento de la demanda de sus programas de promoción e inserción laboral.
La peticiones de ayudas urgentes para vivienda y alimentos en Cáritas bajan por segundo año
Cáritas

La crisis que siguen sufriendo con dureza muchos colectivos vulnerables empujó el año pasado a 2.629 personas a llamar a la puerta de Cáritas para pedir una ayuda para dar de comer a sus hijos, pagar la factura de la calefacción, mejorar su formación laboral o encontrar un techo provisional. Y si se contabilizan todos los miembros de estas familias, el número de beneficiarios alcanza las 5.745 personas, un 7% de la población de toda la diócesis oscense. El perfil mayoritario es el de un hombre (57%), español (54%), de entre 26 y 44 años de edad (48%), que tiene una formación muy básica (62%) y que está en el paro (79%).

Así lo refleja la última memoria de la entidad que fue presentada ayer con motivo de la festividad del Corpus por el obispo de Huesca y Jaca, Julián Ruiz, "no para colgarnos ninguna medalla sino para agradecer el trabajo de todos los profesionales y de los 585 voluntarios para lograr una sociedad más digna, y que las personas más vulnerables sepan que no están solas", remarcó. También estuvieron la directora de Cáritas Diocesana, Pilar Polo, quien denunció que "la globalización nos acerca a los demás pero no nos hace más hermanos porque falta cultura de solidaridad", y el secretario general de la entidad, Jaime Esparrach.

Los números siguen siendo alarmantes aunque al menos se ha frenado la escalada de los años más duros de la crisis. Prueba de ello es que por segundo año, el número de peticiones de ayudas urgentes para alimentación, vivienda o medicamentos bajaron de 1.480 a 1.340, un 10% menos. Aun así, repartieron casi 175.000 euros. El año anterior también cayó un 9,4% tras el techo histórico de 2014 (1.634 beneficiarios).

Esparrach, sin embargo, rechazó lanzar las campanas al vuelo por este nuevo descenso ya que lo atribuyó a que ha aumentado la oferta de ayudas de primera necesidad de entidades e instituciones públicas. Y advirtió, además, de que un 40% de las personas que reciben el apoyo de Cáritas ya estaban en una situación dramática antes de la crisis "y su pobreza severa se ha cronificado".

Contratos para 152 personas

Pese a todo, insistió en que solo un tercio de la labor de Cáritas se dedica a cubrir las necesidades básicas y que actualmente la mayor parte de su trabajo se centra en trabajo de acompañamiento y orientación de educación y empleo. En este sentido, destacó el fuerte aumento de la demanda de sus programas de promoción e inserción sociolaboral por los que pasaron el año pasado casi 1.200 personas. De ellas, 152 consiguieron un contrato.

Otro pilar es la atención a personas sin hogar, cuyo número se estabilizó en las 850 personas, que pasaron por el taller Restaura y por el centro de día Fogaril.

Cáritas financió todos estos programas con un presupuesto de más de 1,8 millones de euros. De ellos, casi 500.000 euros llegaron a través de socios, donativos, herencias y colectas –cuyo montante global se está manteniendo después del repunte que hubo en plena crisis–, y un 37% de subvenciones públicas.

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