El tramo del deslizamiento de Nueno (A-23) está en obras pero seguirá cortado en agosto

Los trabajos para el asentamiento de la ladera se están realizando ahora pero la construcción de la galería no ha comenzado y el plazo de ejecución es de mes y medio.

El tramo de la autovía A-23 entre Nueno y el puerto de Monrepós donde se produjo el deslizamiento con un derrumbe de rocas de gran tamaño el pasado 20 de marzo no se podrá reabrir para las vacaciones de agosto. Las máquinas trabajan en la consolidación del talud pero todavía no han empezado la construcción de la galería por la que se ha optado para dar una solución definitiva a este punto. Aunque podrían comenzar en julio, el plazo de ejecución de esta visera para evitar futuros desprendimientos es de mes y medio.


Por ello, se mantendrá el desvío provisional por la calzada de bajada desde Jaca, que se habilitó para ambos sentidos al día siguiente de la caída de 300 toneladas de rocas, que atrapó a dos vehículos aunque solo resultó herido leve uno de los conductores. Desde entonces, la vía sentido Francia permanece cortada, de modo que hay tres kilómetros menos de autovía, entre los p. km 375 y 378. En los días siguientes, después dejar exenta la vía, se inició un estudio para determinar la situación de la ladera y las soluciones a adoptar.


Casi dos meses después, el Ministerio de Fomento anunció el 12 de mayo que construiría una galería protectora para reabrir la A-23, aunque no dio plazos. Ahora, asegura que "están en ejecución las obras consistentes en medidas previas de sostenimiento y refuerzo del talud, cuyo objetivo es garantizar las condiciones mínimas de seguridad durante la posterior ejecución de la galería antidesprendimientos". En cuanto a la galería, la previsión era acabar la redacción del proyecto este mes de junio y posteriormente iniciar la construcción. Esta última tiene un plazo de ejecución de mes y medio.


La galería tendrá 250 metros de longitud y cubrirá completamente la calzada de la autovía en el punto kilométrico 377, que es donde se produjo el desprendimiento. Hacia el lado del valle, a la izquierda de la calzada, quedará parcialmente abierta con pilares para sujetar la estructura. Esta fue la solución propuesta por ingenieros y técnicos del Centro de Estudios Experimentación de Obras Públicas (Cedex). Además, para garantizar la seguridad durante la ejecución de la obra, se está instalando un sistema de drenaje (drenes californianos de 8 metros de longitud y 10 grados de inclinación) para intentar extraer el agua de la roca que, según el Ministerio de Fomento, es la "principal causa de los desprendimientos". Además, el hielo acentúa el efecto al situarse en una zona de umbría. También se está realizando el anclaje, con una técnica por la que se introducen barras metálicas para sostener la ladera.La carretera hacia el Pirineo

De este modo, los conductores tendrán que seguir por el desvío provisional que no solo hace que la autovía se acabe 3 kilómetros antes, sino que en ese tramo hay que circular con una limitación de 60 km/h. La media diaria de todo el año en este punto es de 6.315 vehículos en ambos sentidos, aunque aumenta en fechas clave, como sucedió días después en Semana Santa, que solo durante el puente circularon 73.279 vehículos frente a los 71.178 de 2015. En un solo día, llegaron a registrarse 11.097.


Con todo, que la autovía acabe tres kilómetros antes, si se circula hacia Jaca, tampoco se nota demasiado porque a continuación hay un tramo de 3,3 km (congosto de Isuela-Arguis) que se paralizó en 2010 y que se ha retomado hace unos meses. "Actualmente está en fase de avance la excavación del túnel, de 855 metros de longitud, con la ejecución de voladuras a doble turno", según detalla el Ministerio de Fomento. Tras las voladuras, indica que se están aplicando medidas de sostenimiento flexible sobre la superficie excavada, con bulones y hormigón proyectado. Al mismo tiempo, se está trabajando en movimientos de tierras en diferentes puntos a lo largo del trazado. FCC, que también ha construido el siguiente tramo entre Arguis y el alto de Monrepós (inaugurado en octubre de 2014), se encarga de las obras.


Pero esta última parte de 3,9 km, que costó 78,8 millones de euros, se acaba pronto y hasta la entrada a Sabiñánigo el conductor no vuelve a circular por vía rápida. Desde el alto del puerto hasta Caldearenas son 4,1 km (con un presupuesto de 119,2 millones) poco visibles para los conductores de la N-330, ya que un túnel de 2.885, el más largo de toda la autovía, atraviesa la montaña para salir al antiguo núcleo de Escusaguas, en la carretera de Caldearenas. En esta zona, "se han concluido las obras del movimiento de tierras, drenaje, estructuras y excavación y sostenimiento del túnel", informa Fomento. Ahora, se trabaja en la impermeabilización y revestimiento del mismo.


El siguiente tramo hasta Lanave, de 12 kilómetros, está paralizado. Fomento asegura que "las obras están pendientes de la aprobación económica de un modificado para relanzarlas". En este caso, están adjudicadas a la empresa Ferrovial. Desde ahí hasta Sabiñánigo, "se va a redactar un proyecto de terminación de las obras", informan desde el Ministerio. Tras unos kilómetros de autovía en el acceso, se está trabajando también en el proyecto de la variante de Sabiñánigo, que estaba condicionado por el lindano, para someterlo a información pública. Falta también la variante de Jaca, cuyo proyecto se aprobó recientemente.

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