​Huesca vive una jornada de convivencia con ritmos africanos y cuscús

El barrio del Perpetuo Socorro celebro la tradicional Jornada Intercultural en el parque de El Encuentro.

Un cubo de plástico y dos palos de madera bastaban este domingo para intentar crear ritmos africanos en el parque de El Encuentro de Huesca, donde se celebró una nueva edición de las Jornada Interculturales enmarcadas en las fiestas del barrio de El Perpetuo Socorro de la capital oscense. La cita contó con diferentes actividades destinadas a la convivencia entre todos los vecinos del barrio, con el fin de contribuir al conocimiento y mezcla de todas las culturas. Así, además de un taller de percusión, en el que los pequeños fueron los que más disfrutaron, hubo reparto de cuscús y pastas o varios espectáculos musicales de todo tipo.


“Somos originarios del barrio, aunque ahora ya no vivimos en él, pero nos gusta venir cada año a las actividades de esta jornada, como una manera de que nuestra hija conozca otras culturas y también por pasárnoslo bien, porque hay un ambiente muy agradable”, aseguraba Belén Carrera, que asistía a junto a su marido y su hija, que se divertía en el taller de percusión que ocupó las horas centrales del día. “También nos gusta participar en la comida, porque el año pasado estaba riquísima”, añadía.


El público que participó en las actividades era mayoritariamente familiar y procedente de diferentes puntos de la ciudad, no solo del propio barrio, como explicaba Minia Díaz, encargada de la organización.


La jornada comenzó con un cuentacuentos a cargo de Sandra Aragüas, que habló en su historia del origen del chocolate, por lo que se convirtió en la excusa perfecta para el reparto de dulces entre los niños asistentes. El animado relato precedió al taller de percusión que durante más de una hora lleno de ruido la parte central del parque, con varias decenas de niños moviéndose al ritmo que marcaba el grupo Bambara. Tras el último replique de los improvisados tambores, comenzó el reparto de cuscús, elaborado en el mismo parque por varias vecinas del barrio de origen marroquí.


“Además del cuscús, que todos los años sale buenísimo, también se reparten buñuelos, para poner la parte dulce, y se sirve té, elaborado aquí mismo”, explicaba Díaz, mientras distribuía los platos en los que minutos más tarde se sirvió la comida al centenar de participantes.


La música en directo quedó para las horas finales de la tarde, cuando el calor remitió y también en el parque se pudo disfrutar de las actuaciones del grupo de percusión Bambara, de la guitarra flamenca de Santos Giménez con José Arjona y del grupo Smoke Banana. También hubo tiempo para repetir el espectáculo de circo programado para el viernes, pero que la lluvia deslució. “Otras veces se realizaban los conciertos también por la mañana, pero hemos decidido llevarlos a la tarde, para que la jornada se extendiera durante todo el día”, puntualizaba Minia Díaz, que lamentaba que el grupo organizativo se había visto mermado en este año, “pese a que hemos tenido muy poca ayuda, creo que hemos conseguido cumplir con el cometido”.


Además de las diferentes actividades organizadas, en una zona del parque se instaló la Gratiferia. “Se trata de una mesa donde se pueden dejar objetos o ropa que no se utilice para que otro pueda hacer uso de ella. No se trata de un trueque, sino que puedes coger algo sin necesidad de aportar nada, o bien al revés, dejar algo y no llevarte nada”, comentaba Díaz.

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