La moda aragonesa ha desfilado entre aplausos en el Fashion Show, que se ha celebrado en el Palacio de Congresos de Huesca, en una demostración de talento con el que se cosieron muchos más significados del concepto ‘black’ de lo que aparece en cualquier diccionario. Arte, música, performance, literatura… y llegó el momento de la moda en el certamen multidisciplinar.

Destaca el desfile de la modista africana afincada en Huesca Mabel Agyapong con una colección muy vistosa en la que se aprecia la riqueza de las telas y de las hechuras en diez vestidos tanto de mujer, como de hombre y niños. Colores intensos en faldas largas con volúmenes en los bajos y en las mangas a través de volantes o de cortes sirena que se aderezan con espectaculares tocados y decoraciones florales en la cabeza.

Especialmente espectacular ha sido la puesta en escena de la colección de la estudiante oscense de diseño de moda Virginia Allué, para quien lo negro se ha convertido en unas inmensas bolsas de basura que contenían los tres modelos que presentó, confeccionados a partir de materiales reciclados. El resultado son tres vestidos esculturales: uno de cartón, inspirado en una bailarina; otro de estética punky, confeccionado con metales y cristales; y un tercero de tela de arpillera con ansias de convertirse en un kimono de seda en el que surgía la flor del almendro.

Le ha seguido Skándalo Deluxe con trajes de noche negros con una gran variedad en el patronaje (volantes, medias capas…), pensado para tallas grandes. En este caso, la voz en directo de una de las modelos ha animado la puesta en escena. La apuesta de la oscense Diana Valdecantos salía después con vestidos de cóctel en crudo y volúmenes en faldas, principalmente.

También llama la atención la interpretación de los trajes regionales de la oscense Adela Alfaro, que ha cerrado su propuesta con una falda larga de brocado. La variedad de los tejidos ha sido una constante en el desfile en el que se han visto los tules de las composiciones de Giovanna Bitante, para pasar a los dibujos de la teoría del absurdo en las camisetas y sudaderas de algodón 100% de Num. Han seguido los tocados de Artesviro –de las zaragozanas Chus y Esther Vicente-, con formas y materiales inspirados en los años 50. Después, Blanca Borrel Doz (BBD) ha ofrecido conjuntos en blanco y negro en los que las formas originales de las camisas y los bolsos marcan la diferencia. Después, Womynolas ha puesto el toque festivo con propuestas llenas de color, brillantes, volúmenes y flecos.

Por su parte, Terrenteresa –Teresa Terrén, de Zaragoza- ha presentado una colección de ropa masculina en la que una tela de cuadros amarillos inspirada en el jazz daba unidad a una colección con chaquetas de formas diferentes. Destacan los bolsillos de plastón confeccionados con otras telas y pantalones pirata o amplios para un hombre contemporáneo.

Muchos aplausos recibían los modelos de Tate&co flamenco, entre los que más allá de los topos -que también los hay en un modelo totalmente innovador- destacan vestidos flamencos en negro así como trajes de pantalón con chaquetas de telas muy ricas en decoración. Tampoco ha faltado el rojo para cerrar la puesta en escena con un espectacular vestido de cola con escote barco y flecos negros. Durante casi una hora, la creatividad aragonesa desfilaba en un Palacio de Congresos de Huesca, que llenaba la mitad del aforo, en la única pasarela de estas características que hay en Aragón, coordinada por la diseñadora oscense Katia Aznar. La música y el vídeo de The Holy Trinity Proyect daban una unidad al espectáculo.