El centro budista de Panillo se ampliará con un nuevo albergue

"Conforme se han ido viendo los beneficios de la meditación más allá de lo estrictamente budista ha crecido el interés de psicólogos, médicos y psiquiatras, y gente de todo tipo que se acerca a nuestro centro". Dag Shang Kagyu, el centro de enseñanza y de práctica del budismo de Panillo, en la comarca de La Ribagorza, ampliará su capacidad de alojamiento con un nuevo albergue que se construye en la actualidad. Una nueva dependencia que viene a completar un complejo que poco a poco ha ido creciendo desde que allí se instalaron sus primeros moradores hace unos 30 años.

"A lo largo de los años el centro ha necesitado ampliarse, pero ahora debido a los cursos que realizamos y a la cantidad de personas que asiste a ellos hay muchos momentos del año en que nos vemos superados en la capacidad de alojamiento, además de que las condiciones que ofrecemos son bastante modestas", explica Karma Tempa, uno de los monjes colaboradores en el proyecto Norbulding, como se le ha denominado a la nueva construcción.

El futuro albergue se construye sobre la base de hormigón de un antiguo depósito. Constará de una planta baja con una amplia sala polivalente para realizar actividades, y dos plantas más, cada una de unos 250 metros cuadrados, y en total albergará 32 habitaciones. Un edificio que completará el complejo, compuesto ahora por el templo en el que se desarrollan las enseñanzas y la práctica diaria, el actual albergue con cocina y comedor, casitas para meditación y un centro para retiros de larga duración.

El centro budista de Panillo cuenta con una comunidad estable de unas 25 personas entre lamas y residentes, y los visitantes que se alojan para cursos y visitas de corta estancia pueden llegar a los 100 en algunos periodos. Pero además, son numerosos los turistas que de manera independiente o en grupo se acercan a conocer este singular enclave religioso del Pirineo. "El centro se ha convertido en centro de referencia turística para la zona", comenta Karma Tempa, quien apunta que se reciben numerosos grupos, y que hay días que se pueden alcanzar los 150 visitantes que llegan a conocer el recinto.Mayor interés por la meditación

Pero más allá de la curiosidad de los visitantes que recalan en el enclave en sus incursiones pirenaicas, cada vez son más las personas que se asoman a la meditación y a viajes de introspección en sus retiros individuales o grupales, por lo que Panillo puede ser destino para "todos aquellos que tengan interés en agregar un estado de tranquilidad, de cordura y de claridad en la mente, nosotros hablamos de desarrollar el corazón", explica el monje. "El budismo tiene aspectos muy religiosos, pero también se hace hincapié en el observarse a sí mismo, en un punto el budismo es una herramientas de gestión de las emociones, de estabilizarlas y de creer que lo mejor de uno puede ser desarrollado", comenta.

Aunque se organizan cursos y encuentros durante todo el año, es en verano cuando se concentra la máxima actividad, y los meses en los que pasan por Panillo los 'rimpoches', maestros budistas. "Se dan las enseñanzas de los lamas que viven aquí, pero también vienen estos maestros que están muy requeridos y están muchos meses viajando y haciendo giras europeas", comenta Karma Tempa. Así, en la agenda de actividades de los próximos meses en Panillo se encuentra la visita de Dzigar Kongtrul Rinpoché en agosto o, en octubre, la de Sangye Nyenpa Rinpoché. También a lo largo del verano habrá cursos de meditación, relajación y yoga, o de reiki tibetano, en septiembre, a cargo del médico de origen butanés Amchi Lá Ngawang Thinley.

Para sufragar las obras del nuevo albergue, la comunidad de Panillo pondrá en marcha a mediados de agosto una campaña de micromecenazgo, en la que en función de la donación se establecerán recompensas como libros, cedés de enseñanzas o días de estadía en el centro. "Vamos generando nuestros propios recursos, el ritmo de las obras será proporcional a los ingresos que vayamos generando, así iremos construyendo el centro entre todos", dice Karma Tempa.