Una oscense de 46 años se salva de un incendio al colgarse de un cable de la fachada en un 10º piso

Otra mujer que estaba en la vivienda logró huir a tiempo. Ambas fueron evacuadas al hospital San Jorge de Huesca por inhalar humo.

Una oscense de 46 años se salva de un incendio al colgarse de un cable de la fachada en un 10º piso
Una oscense de 46 años se salva de un incendio al colgarse de un cable de la fachada en un 10º piso
Heraldo

Una oscense de 46 años, B. L. O., salvó ayer la vida del incendio de la casa donde residía al huir por una de las ventanas y quedarse agarrada durante diez minutos a un cable anclado a la fachada en la décima planta hasta que los bomberos la rescataron. Otra mujer de 47 años, M. C. C. R., que en el momento del suceso estaba con ella en el piso -del que es propietaria- logró huir a tiempo a la calle. Ambas fueron evacuadas al hospital San Jorge por inhalación de humo aunque pocas horas después recibieron el alta.


Según informaron fuentes municipales, los hechos ocurrieron sobre las 7.30 en un piso del nº 29 del paseo de Ramón y Cajal. Tras recibir el aviso del aparatoso incendio, que se inició por causas deconocidas devastando por completo todas las habitaciones y que provocó una densa humareda que alertó a los vecinos del entorno, se trasladaron al lugar bomberos, equipos sanitarios, Policía Local y Policía Nacional.


Ante la imposibilidad de acceder a la vivienda en llamas con la autoescala, los bomberos tuvieron que subir a pie las diez plantas desplegando mangueras. Al llegar, auxiliaron a la mujer, profesora de Educación Física, que por el miedo a quemarse, había decidido subirse a la repisa de la ventana que da al patio interior y escalar por la fachada cogida a un cable para poder respirar. Durante la angustiosa espera, vecinos de los edificios de enfrente de la calle de Tenerías, conocidos como las ‘400 viviendas’, le animaron con gritos para que no se soltase hasta que llegaran los bomberos.


El humo que se propagó por la escalera interior asustó a los vecinos del inmueble, muchos de los cuales optaron por bajar a la calle. Otros se quedaron a resguardo en sus viviendas por consejo de la Policía y los bomberos. Este fue el caso de Sara Ros, una joven que vive en la novena planta."Nos han llamado a las 7.30 por el portero automático y a la puerta varias veces para que saliéramos, pero al final no hemos bajado porque enseguida han dicho que estaba todo controlado. Nos hemos asustado porque de repente hemos visto a bomberos y policías corriendo por el rellano", señaló.


Irene, residente en la séptima planta, no se percató del incendio porque estaba dormida."Me han llamado varias veces al portero pero como a veces son gamberradas, no les he hecho caso. 

Aunque luego ya he oído mucho jaleo por la escalera y ha venido la Policía, aunque me han dicho que no hacía falta que bajara a la calle porque estaba controlado", recordó esta vecina, que valoró la labor de los servicios de emergencia"porque han subido corriendo diez pisos cargados de material".


La primera planta del edificio está ocupada por una residencia con una veintena de ancianos que no tuvieron que ser evacuados."Nos han avisado del incendio, pero como no había peligro de que afectara a nuestra planta, no ha habido que sacar a nadie de la residencia", explicó aliviada Julia Campo, una de las trabajadoras.

Los bomberos solo desalojaron a un matrimonio de ancianos que vive en el piso contiguo al quemado. Su hija se hizo cargo de ellos.