INQUIETUD VECINAL

Abiego pide más vigilancia policial tras sufrir una oleada de robos

Los ladrones han entrado en las últimas semanas en bares, viviendas e incluso dentro del monasterio.

Una de las estancias degradadas del monasterio de San Joaquín, en el que también entraron los cacos.
Abiego pide más vigilancia policial tras sufrir una oleada de robos
J. L. P.

Varios edificios públicos y privados, así como viviendas particulares de Abiego, han sido objeto de una oleada de pequeños hurtos en las dos últimas semanas, lo que ha generado cierta inquietud entre los vecinos de esta tranquila población del Somontano, ubicada a los pies de la sierra de Guara.


El alcalde, Felipe Monclús, evita hablar de una situación de alarma entre los habitantes y matiza que se trata de «pequeños robos sin importancia» en los que los ladrones se han llevado escasas cantidades de dinero, pero han generado daños y muchos trastornos a los afectados. Por ello, ha pedido a la Guardia Civil que intensifique su presencia en la zona, tanto para disuadir a los delincuentes como para que los vecinos tengan una mayor sensación de seguridad.


Uno de los últimos robos se perpetró en el bar El Kiosco, donde entraron de noche levantando la persiana y abrieron la caja registradora, aunque solamente había monedas de cambio, que sustrajeron. Los cacos también lograron acceder al local de la piscina, pero allí no se llevaron nada ya que no encontraron dinero. Del mismo modo los ladrones actuaron en la báscula municipal, donde tras romper el bombín de la puerta se apropiaron de las monedas que había, aunque no sumaban una gran cuantía, matizó Monclús.


Mayor fue el robo en un chalé propiedad de un matrimonio que tiene en Abiego su segunda residencia. Los delincuentes se llevaron dos televisores de plasma como botín. Además, intentaron hacerse con un aparato similar del centro social, después de forzar una de las ventanas, pero al estar sujeto a la pared con una fijación, no pudieron llevárselo.


Saqueo en San Joaquín


De la oleada de robos no se ha librado ni la joya del patrimonio histórico-artístico de la localidad, ya que incluso el monasterio colonial de San Joaquín ha sido saqueado. El cenobio, propiedad del obispado de Huesca, se encuentra sin moradores desde hace décadas, y el Ayuntamiento viene reclamando hace tiempo a la diócesis que se lo ceda para que el Consistorio pueda ocuparse de su mantenimiento y gestionarlo de forma que se revitalice la economía del municipio.


El edificio presenta zonas en avanzado estado de deterioro y la gota que ha colmado la paciencia del alcalde ha sido el descubrimiento de que el monumento había sido violentado. Felipe Monclús acudió recientemente a San Joaquín al enterarse de que del monasterio, de donde toma el agua el pueblo para regar los árboles del cementerio, no manaba agua. «Allí había una lavadora vieja que se llevaron y se apoderaron hasta del grifo, cerrando la toma general del agua», explica el primer edil.


Ante esta situación, el alcalde reconoce que es difícil garantizar «la seguridad de las poblaciones del medio rural», pero pide a la Guardia Civil de Angüés, puesto del que depende el municipio, que realice más patrullas por Abiego. «Sé que es complicado solicitar que tengamos más protección porque los agentes hacen lo que pueden y puede ocurrir que si estás vigilando Alquézar, roben mientras en Abiego, Yaso, Morrano o cualquier otra población. Pero pediría que en las poblaciones pequeñas la Guardia Civil se deje ver y la gente los vea», señala Monclús.


El alcalde lamenta los hechos acaecidos recientemente, aunque asegura que no existe alarma vecinal, «porque la gente ha visto que los ladrones no vienen a hacer daño sino en busca de dinero, y cuando ven que no hay, se van sin llevarse nada más». No obstante, el regidor reconoce que «no es agradable que entren en tu casa a robar».