Platos de cuchara, arroz, postres… en total, son más de cien las recetas que componen el libro de cocina que supone el broche final del proyecto ‘Apetito Común’, que se ha puesto en marcha en el Centro de Rehabilitación Santo Cristo de los Milagros de Huesca. La iniciativa, impulsada desde el mismo personal de la institución, consiste en la realización de talleres terapéuticos de cocina -y también escritura-, dirigidos a personas con enfermedades psiquiátricas. “Se percibe un enorme beneficio a muchos niveles. Se ha ido incrementando a lo largo de las sesiones la participación y la implicación, además de que han mejorado el trabajo en común, y han ganado en todos esos valores”, explican desde el centro.

Con todo lo aprendido en ese tiempo de trabajo común y la ayuda de algunos profesionales, han plasmado todo en un libro, que han maquetado con la inestimable ayuda de la Escuela de Artes de Huesca. Ahora, buscan financiación para poder llegar a editarlo y que los pacientes puedan tener en sus manos la labor de tantos días.

Por eso, el próximo sábado 20 de mayo, celebrarán en La Catalítica –calle Lanuza de la capital oscense-, una fiesta durante toda la jornada, en la que se podrá colaborar con la causa a través de diferentes iniciativas, con las que se quiere dar a conocer también toda la trayectoria del proyecto.

Desde las 11.00 se abrirá la jornada festiva, con un mercadillo solidario con artesanía y joyería realizada por los pacientes y los trabajadores, o libros de segunda mano. A las 12.00 se presentará el proyecto, que se amenizará con un vermú con cosquillas y perrunillas, cocinadas según las recetas del libro. Ya por la tarde, y tras un café ‘chill out’, habrá un taller de cuencos tibetanos con Carlos Barona, sobre las 18.00, y el fin de fiesta llegará a las 19.00, con un taller de salsa con el grupo ‘Siéntelo’.

Además, se pondrán a la venta unos tickets por tres euros, con los que se accederá al sorteo de una cena en el restaurante Venta del Sotón y de un cuadro donado por el pintor local Luis Toro.

La proximidad de esta jornada, con la que ya no solo se quiere fomentar la solidaridad, sino también incentivar el sentimiento de pertenencia entre los pacientes y eliminar los estigmas sociales, ha llenado de ilusión a los usuarios convertidos en cocineros, que han incrementado su trabajo, para preparar y disponer de todo lo necesario en la fiesta.

En los últimos meses, desde que se pusieran en marcha estos talleres, pacientes y profesionales se reunían una vez a la semana para poner las manos en los fogones y a base de prueba y error crear las recetas más apetecibles. Además de las clases, llevaron a cabo una iniciativa con La Venta del Sotón, en la que los cocineros profesionales realizaron las recetas de los pacientes, o participaron en un taller de pastelería en Navidad.

“No se trata de un grupo homogéneo, ya que van desde los 23 años hasta los 80. Una de las pacientes tenía mucha experiencia con la cocina, y ella ha llevado un poco la iniciativa con las recetas, aunque estas también son muy variadas y al final se han implicado todos”, relatan los coordinadores del ‘Apetito Común’.

Todos estarán presentes en la fiesta, ya que se han volcado con su preparación. “Se les ha reforzado la voluntad, que es lo que muchas veces tienen más dañado, y les ha dado un motivación enorme, hasta el punto de que ellos mismos nos pedían que se hicieran más sesiones de los talleres”, concluyen los organizadores. Este sábado buscarán lo único que les falta, la visibilidad de su trabajo en el exterior y su propio contacto con éste, convirtiendo ‘Apetito común’ en un hilo conductor entre el centro y la sociedad.