El Ayuntamiento de Huesca mantiene la permanencia del cuartel Sancho Ramírez en la ciudad como una reivindicación irrenunciable, pero si se produce el cierre anunciado por Defensa para este mismo año se pedirá la reversión de los terrenos donde están las instalaciones militares, al menos de aquellos que se cedieron hace 70 años para propiciar su construcción. Es el acuerdo adoptado en la junta de portavoces celebrada a primera hora de este viernes tras conocerse que el Instituto de la Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de Defensa (Invied) ha puesto a la venta el acuartelamiento, en el cual todavía trabajan y prestan servicio 250 personas. El solar tiene más de 10 hectáreas.

Tras la reunión mantenida a primera hora con los portavoces de todos los grupos municipales, el alcalde de Huesca, el socialista Luis Felipe, ha manifestado que por si tras las elecciones de este domingo continúa por parte del mismo Gobierno la voluntad de cerrar el Sancho Ramírez, el Ayuntamiento ya ha empezado a estudiar qué cesiones de suelo se hicieron al Ministerio de Defensa y en qué condiciones se llevaron a cabo para plantear la reversión de los mismos. No obstante, Felipe ha señalado que “el mantenimiento del cuartel es irrenunciable”.

El portavoz del PP, Gerardo Oliván, espera que tras las elecciones de este domingo se configure un gobierno popular con un nuevo ministro de Defensa, ya Morenés no repite, para que “se puedan abrir vías de diálogo de manera que el cuartel permanezca en la ciudad”. En caso contrario, también apuesta por estudiar la posibilidad de que el inmueble, con todas sus instalaciones, revierta la ciudad.

El anuncio del cierre del cuartel Sancho Ramírez se conoció a principios de 2015. La entonces alcaldesa, Ana Alós (PP), se reunión con el ministro para manifestarle su rechazo a la decisión y decirle que no facilitaría ninguna recalificación del suelo para favorecer una operación inmobiliaria en estos terrenos.