​El jurado declara culpable de asesinato al acusado del crimen de Benabarre

?El veredicto se alcanzó por 8 votos a 1 y recomienda su ingreso en un centro psiquiátrico penitenciario.

El acusado del crimen de la fotógrafa de Benabarre en el banquillo
El acusado del crimen de la fotógrafa de Benabarre en el banquillo
R. Gobantes

Antonio Belmonte, de 22 años, será ingresado en un psiquiátrico penitenciario. El jurado constituido el lunes en la Audiencia de Huesca ha determinado su culpabilidad en la muerte de Consuelo Roy, de 52 años, ocurrido el 31 de marzo de 2013 en Benabarre, pero atendiendo a su trastorno mental recomienda el cumplimiento de la pena en un centro especial.


Asimismo, en el veredicto de culpabilidad por asesinato leído en la tarde del viernes, no es favorable al indulto ni a la suspensión de la pena ya que no le ha aplicado la eximente de enajenación mental transitoria en el momento del crimen.. El jurado se había reunido por la mañana para contestar a 14 preguntas, la mayoría respondidas por unanimidad.Peticiones

La fiscalía y la acusación particular pedían 20 años de prisión y 30 de alejamiento de Benabarre para Antonio Belmonte por el delito de asesinato con alevosía. Según estas partes se encontró con la víctima el 21 de marzo de 2013 en la escombrera de Benabarre, un lugar aislado y solitario al que él iba regularmente para buscar enseres viejos (con ella había amueblado una casa que ocupó ilegalmente) y donde ella había acudido para tomar imágenes, ya que era muy aficionada a la fotografía y preparaba una exposición sobre árboles. En el pueblo la recuerdan siempre con la cámara al hombro.


Según la versión de las acusaciones, Belmonte intentó besar a la víctima, esta se resistió y en el forcejeo le mordió en una mano. Aunque la mujer logró huir, el agresor, «movido por el ánimo de matar», cogió una piedra de 7 kilos y le golpeó por la espalda. Para asegurarse de su muerte, le asestó otro golpe, más violento aún, que le aplastó el cráneo, cuando yacía inconsciente en el suelo.


Por su parte, la defensa admitió el homicidio pero con la eximente completa de enajenación. Consideró que no era capaz de comprender el alcance de sus actos y pidió su ingreso en un centro psiquiátrico con la misma duración de la pena.


Por contra, la fiscal y el abogado de la familia reclamaron su ingreso en una prisión, donde recibiría tratamiento terapéutico. Según advirtió la acusación pública al jurado, si apreciaban la eximente completa y lo absolvían, iría a un centro psiquiátrico con un límite máximo de 20 años, pero «si a los dos años, el médico determina su curación y le da el alta, puede salir en libertad».


Las partes han coincidido durante el juicio en la existencia de un trastorno psiquiátrico, pero no se han puesto de acuerdo, como tampoco hicieorn los cuatro equipos de psiquiatras que declararon como peritos, en el alcance de la enfermedad y en si en el momento del crimen estaba bajo los efectos de un brote psicótico delirante que le hizo ver al demonio en la víctima, tal y como él manifestó.

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