Son las elecciones más reñidas de la última década y la aritmética va a ser fundamental para decidir quién será finalmente el presidente de Aragón. A un mes de las elecciones, los partidos hacen ya sus cuentas para alcanzar los anhelados 34 diputados que les permitan gobernar en el Pignatelli. Como si fuera una operación matemática, las combinaciones posibles son muchas y variadas.

El PSOE es el que parte con mayor número de posibilidades, puesto que puede pactar con la izquierda (CHA e IU) o con el PAR. Pero la suma debe dar. La estrategia es dejar cualquier puerta abierta. No obstante, en algunos círculos privados los socialistas se decantan por la coalición actual PSOE-PAR (incluso con apoyos puntuales de IU) frente a un tripartito de izquierdas que podría darles más quebraderos de cabeza. Incluso la propia candidata a la DGA, Eva Almunia, en una de sus últimas intervenciones, puso en valor la etapa de gobierno PSOE-PAR con apoyos puntuales de IU. Sin embargo, la delicada situación de los aragonesistas unido a los guiños que su socio hace al PP obliga al PSOE a mirar de reojo ya hacia CHA e IU.

Mientras, 'exportado' Zapatero de la campaña autonómica y municipal tras su anuncio de no optar a la reelección de 2012, los socialistas afrontan el último mes algo más airosos, aunque la crisis y las medidas impopulares adoptadas en Madrid sigan haciendo mella en las siglas del PSOE. Por eso, la labor didáctica será clave en las próximas semanas con un único objetivo: movilizar al electorado para lograr la llave del Pignatelli.

Las propuestas de creación de empleo y salida de la crisis serán el eje de todos los programas políticos. Los socialistas además, aprovecharán cualquier reivindicación del trasvase llegada desde Levante para intentar resucitar el tema del agua. Insistirán también en identificar las políticas de líderes del PP autonómicos como el copago con las del PP Aragón y sobre todo, tratarán de resaltar que Rudi «no tiene proyecto ni se posiciona».

En las próximas semanas, la candidata seguirá recorriendo territorio y durante la campaña, intensificará su presencia en las tres capitales y sobre todo, en Zaragoza, el escenario estrella para todos los partidos. También se volcará en Teruel. En Huesca, será Marcelino Iglesias el que intentará rentabilizar su tirón como cabeza de cartel para dar un vuelco a los sondeos.

La opción de la candidata del PP, Luisa Fernanda Rudi, de desembarcar en el Pignatelli pasa únicamente por una alianza con un PAR en horas bajas. Y esto preocupa en las filas populares. También para futuras coaliciones en el Ayuntamiento de Zaragoza. Por eso, parece existir un pacto de no agresión hacia los aragonesistas para que aguanten: darles el aire necesario para que no sufran un descalabro y consigan los diputados necesarios que les permita sumar pero sin restar votos al PP.

Rudi tampoco parece ser partidaria de la confrontación directa con Almunia, aunque en los últimos días ha recurrido a ella. Con la austeridad siempre presente, atacará la gestión del PSOE en Aragón y recriminará de forma machacante los datos récord de desempleo. Intentará erigirse como la alternativa «de progreso» para salir de la crisis. No obstante, se espera una campaña de perfil bajo desde la creencia de que simplemente la situación económica la puede catapultar a la DGA. Mientras, continúa recorriendo el territorio como su contrincante y centrará su campaña sobre todo en Zaragoza ciudad.

Son pocos ya los que ven posible que el PAR pueda mantener su representación institucional actual, aunque los aragonesistas han lanzado el órdago de que por debajo de ocho diputados no formarán gobiernos e incluso han estipulado sus condiciones. Su presidente, José Ángel Biel, tratará en este mes de colarse y romper el bipartidismo con un discurso más autonomista y con la bandera del Estatuto. También reiterará sus propuestas para salir de la crisis e intentará que todos los conflictos internos queden, por lo menos, aplazados hasta el 22 de mayo. Una debacle electoral podría avivar todos los fuegos semiapagados e incluso obligar a una renovación radical. Pero, algunos de ellos,como la crisis de Teruel, podrían dejar secuelas antes, en los propios resultados en la provincia.

CHA e IU, por su parte, buscarán el voto descontento del PSOE en una campaña que aseguran «será decisiva». «Hay todavía mucho voto indeciso», advierten los nacionalistas. Ambos reivindicarán las políticas de izquierdas con propuestas progresistas para salir de la crisis. CHA, además, incidirá en la necesidad de recuperar la dignidad de la política y planteará una campaña muy cercana. «Iremos casi puerta por puerta», anuncian. Y en función de los resultados, ambos harán valer su fuerza para condicionar el futuro Ejecutivo. Además de gobernar, algunos partidos se juegan su futuro.