DEMORA EN LAS INFRAESTRUCTURAS

Blanco confirma retrasos en las obras y aparca proyectos en marcha

Llama a renegociar con las comunidades servicios como el Canfranero y a eliminar las líneas "con pérdidas"La nueva autovía oscense es la única actuación asegurada al estar avanzada.

Blanco confirma retrasos en las obras y aparca proyectos en marcha
Blanco confirma retrasos en las obras y aparca proyectos en marcha
JOSé MIGUEL MARCO

Y llegó el apocalipsis, al menos a las infraestructuras de Aragón y del resto de España. El ministro de Fomento, José Blanco, dejó claro ayer en el Congreso que "nada será como antes". Además de anunciar el retraso generalizado de "al menos un año" en la práctica totalidad de las obras, afirmó que está "reprogramando la mayoría de las inversiones que estamos acometiendo y reconsiderando las que no son imprescindibles". "Vamos a posponer nuevas licitaciones, demorar plazos de finalización de obras, suspender temporalmene actuaciones e incluso anular contratos en ejecución", aseveró Blanco. Ahí es nada.

En lo concreto para Aragón, además del retraso generalizado de todo lo que está en obra y la desaparición de proyectos que solo están en el mapa (como seguramente la autovía a Cuenca y la la A-68 hasta la costa), Blanco anunció también su intención de renegociar con las comunidades autónomas aquellos convenios que tienen en algunas líneas de tren para subvencionar el pasaje, siempre que no se cumpla con el criterio de "obligación de servicio público" de forma rigurosa. En Aragón tienen convenios de este tipo en trayectos como el Huesca-Canfranc, que quedará previsiblemente ahora pendiente del compromiso que mantenga en él la DGA.

El actual convenio que mantiene Aragón con Renfe implica un gasto de 28 euros por viajero a las arcas autonómicas, que en el caso de la línea de Canfranc llega hasta los 128 euros. La sangría de usuarios en las líneas regionales subvencionadas es sangrante y la partida ronda los cinco millones de euros anuales. Y estos números, que son consecuencia de la falta de inversiones en los corredores aragoneses, justifican la postura mantenida ayer por el ministro en el Congreso. "Allí donde haya alguna alternativa, no podemos mantener líneas de ferrocarril que acumulan pérdidas por su escasa utilización", insistió el ministro.

A juicio de Blanco, "será necesario analizar con las comunidades autónomas el interés autonómico sobre el mantenimiento de estos servicios, que permitan ampliar su contribución en el marco de los convenios que ya existen sobre servicios ferroviarios". Ante la trascendencia que tiene este mensaje para buena parte del territorio, Blanco quiso resaltar que estaba trasladando la realidad sin tapujos: "Estoy hablando con absoluta claridad".

Pero aunque esa claridad sí la trasladó en lo complicado del momento, evitó ponerle nombre y apellidos a la mayoría de los proyectos agraviados, aunque algunos de ellos sí se intuyeron. "Concretaremos el escenario, pero toca analizar más de 3.000 actuaciones, es un trabajo ingente", se justificó para explicar por qué no ha presentado todavía una lista con todas las actuaciones del Ministerio de Fomento y sus nuevos plazos.

Por sus explicaciones, queda claro que las autovías que están ejecutando en la provincia de Huesca seguirán en marcha, aunque con un ritmo sustancialmente más lento. Además, parece que las inversiones previstas en el aeropuerto de Zaragoza podrían verse salvadas de la quema, una vez que Blanco informó que las actuaciones de AENA no computan al déficit del Estado. También parece asegurado que se acabará la electrificación de la alta velocidad entre Zaragoza y Teruel. Pero sobre el resto de actuaciones en estos momentos solo hay dudas.

Cercanías y la TCP

Dentro de la mala situación, Blanco señaló su disposición a destacar en la nueva programación las actuaciones previstas para el transporte ferroviario, sobre todo de mercancías. Además, también indicó su compromiso con las cercanías. Resaltó que acababan de aprobar nuevos planes para Madrid, Barcelona y Valencia y que estaban preparando ya el de Sevilla. Nada dijo de las cercanías de Zaragoza, aunque en este caso no se requieren inversiones para alargar el servicio hasta Alagón y La Cartuja, aunque sí para crear una nueva línea con Plaza y el aeropuerto.

También habló de las redes transeuropeas. Se refirió a la nube volcánica para destacar que son realmente necesarias y explicó que ahora está negociando que no computen como déficit. Según argumentó, una vez que son prioridades europeas y que son necesarias para todo el continente, no tendría sentido que su ejecución tenga que condicionar el marco de déficit de un país concreto. En este punto, Blanco citó además a los tres ejes que pugnan por salir adelante (la salida por el Pirineo central, el eje atlántico y el mediterráneo), aunque evitó mostrar preferencia por alguno de ellos. Solo la conexión ferroviaria con Europa a través del Pirineo aragonés requiere una inversión de 5.318 millones de euros si se suman las facturas de horadar la Travesía Central y reabrir el Canfranc. Un coste también elevado es el del corredor Cantábrico-Mediterráneo, que solo en Aragón asciende a 3.478 millones.

La única infraestructura aragonesa que no corre peligro es la autovía que unirá Huesca con Pamplona y Lérida, dado que las obras están lanzadas en todo el trazado. El resto de ejes de gran capacidad, por un coste de varios cientos de millones de euros, están en tramitación administrativa y su suerte puede ser muy distinta. En la lista están los desdoblamientos de las carreteras de Logroño, Castellón y Barcelona junto a nuevos ejes transversales, como las autovías Cuenca-Teruel, Daroca-Calatayud o Monreal de Campo-Alcolea del Pinar.