SALUD

Cuatro comarcas en Aragón carecen de pediatra fijo

Los especialistas en salud infantil afirman, además, que un 10% de sus plazas se ocupan con médicos de familia.

La falta de recursos, en este caso sanitarios, se deja notar en las zonas más despobladas de Aragón. Al menos cuatro comarcas del medio rural carecen de plaza de pediatra que atienda de forma fija, y sus niños reciben atención especializada una vez cada semana o incluso cada 15 días. Se trata de Maestrazgo, Matarraña y Sierra de Albarracín, en Teruel, y del Campo de Daroca, en la provincia de Zaragoza. Además, debido al déficit de estos facultativos, en todos estos territorios salvo en el caso de Albarracín se encargan de pasar consulta de pediatría médicos de familia, eso sí, «con amplia experiencia» en atención infantil, reconocen fuentes del Salud.


En este sentido, los propios pediatras estiman que un 10% de las casi 170 plazas totales existentes en la Comunidad han tenido que ser ocupadas por médicos de familia. Esta situación, que afecta a las cuatro comarcas mencionadas, se da también en otras como La Ribagorza, que se mantuvo varios meses sin consulta de pediatría hasta que se ha logrado un sistema de cita semanal (tres días en Graus y dos en Castejón de Sos) después de reiteradas protestas de algunos padres.


Desde el Ejecutivo autonómico, en cualquier caso, aseguran que el hecho de que no exista plaza de pediatra en estas comarcas es debido a que existe un decreto que fija en 600 el número mínimo de cartillas de niños menores de 13 años para habilitar un puesto de especialista en salud infantil. En todo caso, insisten en que, mediante turnos semanales o quincenales, se presta «una atención adecuada» y que ningún menor se ve perjudicado.


Los habitantes que dependen del centro de salud de Cantavieja, en el Maestrazgo, son los que se ven sometidos a una peor frecuencia asistencial: solo pueden acceder cada 15 días a una atención específica para sus hijos, al igual que sucede en la vecina Mosqueruela, según apuntan fuentes del Salud.


En el caso de la comarca del Matarraña, otro médico de cabecera dedicado a la pediatría atiende dos días en Calaceite y tres en Valderrobres. En Albarracín, en este caso sí, un pediatra se desplaza desde Cella, una vez por semana; y en Daroca, otro médico de familia se traslada entre uno y dos días, el mismo que acude hasta la localidad zaragozana de Villarroya de la Sierra.


Los usuarios de estas comarcas, que suman algo más de 20.000 habitantes, o bien llevan a sus hijos a la consulta habitual de su médico hasta que llegue el día de la semana en el que puedan ser atendidos de manera especializada, a veces después de varias horas de espera, o bien, si el asunto es grave, acuden a los servicios de urgencias de localidades más grandes, con el consiguiente esfuerzo de un desplazamiento más largo.


Más oposiciones y traslados


Los propios pediatras reconocen que Aragón no se libra del déficit de de este tipo de especialistas, al margen de que la despoblación de algunas comarcas complique la asignación de los recursos: «Hay más plazas que pediatras, eso es cierto. De todas formas, si en lugar de haber convocado una sola oposición durante los últimos seis años se hubieran hecho cada dos, como se dijo, con los correspondientes concursos de traslados, a buen seguro que desplazarse hasta un destino rural no sería tan complicado como ahora», señala César García, presidente de la Asociación de Pediatría de Aragón.


García advierte de que esta situación es «mucho más grave» en Comunidades como Madrid o la Valenciana, pero «no sirve el consuelo de estar mejor que los demás», asegura. Al mismo tiempo, reflexiona, «todo niño tiene derecho a ser atendido por un pediatra, es algo básico que está en la ley», y por ello reivindica que el número de residentes en pediatría aumente en los próximos años.