PATRIMONIO

Conventos y monasterios al mejor postor

Es una 'desamortización silenciosa'. Numerosos conventos y monasterios aragoneses, vacíos de religiosos, están esperando que alguien los compre para salvarlos de la ruina inminente.

Sin acuerdo sobre Santa Ana en Tarazona
Conventos y monasterios al mejor postor
NORA BERMEJO

El convento de las franciscanas de Cuevas de Cañart, el de las carmelitas de Santa Ana en Tarazona... Con implacable frecuencia están saltando en las últimas semanas las noticias de conventos y monasterios en venta que, en tiempos de crisis, tienen muy difícil encontrar comprador.


"La situación es muy, muy delicada -subraya la historiadora del arte Belén Boloqui-. Y es que el problema se va a agudizar de una forma tremenda en muy pocos años. Hay que encontrar soluciones, y a esa tarea tienen que ponerse tanto las instituciones, la empresa privada, las asociaciones y los particulares...".


Se trata, en realidad, de una 'desamortización silenciosa'. En las últimas décadas, el patrimonio arquitectónico ha tenido que encarar dos problemas: el urbanismo desaforado, por un lado; y, por otro, en los casos de núcleos escasamente poblados, el abandono propiamente dicho. Y ahí están las ermitas e iglesias románicas para evidenciarlo.


Pero en los últimos tiempos ha aparecido un fenómeno nuevo, vinculado a núcleos urbanos de cierta importancia. La falta de vocaciones y el envejecimiento de las comunidades religiosas han vaciado conventos y monasterios, cuyos religiosos suelen 'refugiarse' en otros edificios de la orden en lugares más cálidos. Pero no es fácil encontrar comprador, y menos en tiempos de crisis. Que se lo digan, si no, a los dueños del monasterio cisterciense de Cambrón, cerca de Sádaba, que hace unos años estuvo a la venta pero que no debió encontrar comprador porque sigue abandonado.


El Ayuntamiento de Tarazona, por ejemplo, ya ha anunciado que no tiene intención alguna de comprar el convento de Santa Ana, actualmente en venta. Entre otras razones, porque tiempo atrás adquirió otro convento, el de San Joaquín, y aún no ha encontrado fondos con los que iniciar su restauración y puesta en uso.

Sin compradores por la crisis


En parecida situación se encuentra el convento de las franciscanas en Cuevas de Cañart, junto a Castellote (Teruel), del siglo XVII: 12.000 metros cuadrados construidos que están esperando desde hace meses un comprador.


En muchos casos, la única oportunidad viable para estos edificios son su reutilización como establecimientos hosteleros. Pero esto no siempre garantiza su adecuada conservación. "Pocos son los ejemplos que se pueden poner de restauraciones bien hechas en el ámbito privado -apunta Belén Boloqui-. Quizá uno de los casos que a mi particularmente más me convencen sea el del monasterio de Piedra. Creo que se hizo aceptablemente bien, conciliando el respeto a lo antiguo y los usos hosteleros".


Si la zona en la que se enclava el monasterio o convento es turística, tiene alguna posibilidad de salvarse de la ruina. Es lo que ha ocurrido, independientemente de cómo se valore la restauración, con el Hotel y Spa Monasterio de Boltaña. Incluso edificios emblemáticos, como el monasterio de Veruela, se han apuntado a la moda: será Parador Nacional.


Las mejores restauraciones siguen realizándose, aunque no siempre sean acertadas, en el ámbito público. Una de las más emblemáticas en los últimos años ha sido la del monasterio de Rueda, que ha pasado de estar prácticamente en ruinas a ser un hotel de cuatro estrellas con cierto éxito. "Como está fuera del casco urbano, tenía que encontrar vida mañana, tarde y noche -señala Javier Ibargüen, el arquitecto que dirigió los trabajos-. El resultado ha sido bueno, y el principal problema en estos momentos quizá sea que un conjunto monumental tan ampio necesita una gestión cultural". La DGA, de momento, no parece tener una política fija al respecto. Compra en función del edificio, sus posibilidades y la disponibilidad económica. Y ahí, a la vuelta de la esquina, se va a encontrar con la 'patata caliente' de la Cartuja de Aula Dei, que puede estar vacía en 2015.