Frente de Aragón, marzo de 1938. España entera se desangra tras ocho meses de guerra. Una gran ofensiva del ejército nacional se desencadena en las serranías del Maestrazgo de Teruel. Junto al control del Ebro, éste será el punto clave para dividir al enemigo, acceder al Mediterráneo y ganar la guerra. Quien domine Aragón dominará España.

Tras su victoria en la batalla de Teruel durante un largo invierno que ha dejado exhaustos a los hombres y reventado a los caballos de frío, las tropas del ejercito nacional concentradas en Aragón arrancan rumbo al noreste. Se está dando la primera 'Blitzkrieg' o guerra relámpago de la historia: un bombardeo inicial, seguido del uso de fuerzas móviles atacando con velocidad y sorpresa para impedir que un enemigo pueda llevar a cabo una defensa coherente. El escenario: la Sierra de Monegrell.

70 años después, Torre de Arcas volvió a sufrir un nuevo asedio. Figurado eso sí. En los alrededores de la pequeña localidad del Matarraña (130 habitantes), alrededor de un centenar de aficionados y amantes de la historia militar se dieron cita por segundo año y durante el fin de semana participaron en la recreación histórica 'La ofensiva de Aragón, 1938'.

Conferencias de historia

Requetés de Montejurra o Lacar, regulares, falangistas, legionarios, las Brigadas Internacionales o soldados de las divisiones de Líster o Tagüeña tomaron las calles y campos del pueblo y simularon fielmente los combates entre los dos ejércitos.

El sábado, como ensayo general previo, participaron en un simulacro de asalto y defensa del pueblo; el domingo llevaron la batalla a campo abierto y recrearon con gran realismo cómo debieron ser los combates de hace 70 años que resultaron claves en la contienda final.

Varios cañones de artillería, barricadas, ametralladoras, balas de fogueo, tracas, botes de humo e incluso una ambientación con coches de época a cargo de la Asociación de Vehículos Históricos de Alcañiz dieron realismo a la recreación.

Afortunadamente, aquí no hubo vencedores ni vencidos. El buen ambiente y la camaradería entre todos los participantes fueron los grandes triunfadores de un fin de semana en el que la pasión por la historia, que esta vez abandonó el enclaustramiento de las aulas, fue lo más destacado.

No solamente hubo tiempo para la acción, también para el análisis sosegado del relato de las batallas de la Guerra Civil española y sus consecuencias posteriores. Los historiadores José María Maldonado y Valentín Solano ofrecieron sendas conferencias sobre la lucha militar en Teruel.

También se presentó la nueva revista de militaría Ares y hubo presentaciones de libros históricos sobre el período a cargo de Jesús Aguirre, Ángela Jackson y Josep Sánchez Cervello.