TARAZONA Y EL MONCAYO

Los vecinos de Grisel plantan 200 pinos para celebrar el Día del Árbol

La iniciativa, organizada por la asociación La Diezma, se lleva a cabo desde hace 15 años.

Aunque la previsión meteorológica hizo peligrar la celebración del Día del Árbol en Grisel, finalmente la asociación cultural La Diezma pudo llevar a cabo ayer esta cita medioambiental que se viene desarrollando ininterrumpidamente desde 1996.

"La verdad es que ha sido un placer poder celebrar nuestro decimoquinto Día del Árbol, hemos tenido suerte con el tiempo", reconoció ayer Alberto Alcaine, miembro de la asociación, que junto a otras decenas de personas estuvo toda la mañana plantando cepellones por el monte de La Diezma.


Este año la tarea se desarrolló en una zona cercana al pantano de Grisel, donde la asociación ya ha realizado esta labor de recuperación medioambiental en años anteriores. En esta ocasión se plantaron doscientos pinos, cedidos por la Diputación Provincial de Zaragoza.


"Estamos consiguiendo hacer realidad el lema con el que empezamos (planta un árbol, haz un bosque), y las zonas donde se plantó al principio empiezan a recuperar ese característico color verde del pino, prevaleciendo por encima de los matojos y es algo de lo que todos los griseleros estamos un poco orgullosos", confesó Alcaine.

Un día de reencuentros

La mañana, soleada aunque todavía con viento, transcurrió de forma agradable, ya que la cita sirvió también para reunir a descendientes de Grisel que actualmente no viven en el pueblo. "Es una fecha señalada para todos, también para los más pequeños porque pasar un día al aire libre es importante para sensibilizarles con la recuperación del medio natural. Nos juntamos gente de Zaragoza, Tarazona o incluso de fuera de Aragón en un día de encuentros", contó Alcaine.


Esta iniciativa de plantar árboles está muy de moda hoy en día, no tanto hace quince años cuando empezaron a hacerlo de forma casi pionera los miembros de la asociación La Diezma. En este tiempo han plantado más de 5.000 árboles, un esfuerzo recompensado en 2004 con el Premio Medio Ambiente de Aragón.