Bruselas. De los dos complicados dosieres sobre el carbón que tiene la Unión Europea encima de la mesa, uno está ya prácticamente solventado, pero el otro gana puntos para ser un desagradable foco de conflictos. La Comisión Europea confirmó ayer a una delegación aragonesa que efectivamente trabaja con la previsión de desbloquear el decreto de ayudas al carbón español dentro de una semana. La información se la trasladó parte del gabinete del comisario de Competencia, Joaquín Almunia a los consejeros Javier Velasco y Arturo Aliaga, la eurodiputada Inés Ayala, y los diputados nacionales Vicente Guillén y Yolanda Casaus, entre otros.

Tres de los miembros del gabinete del comisario español (el encargado de relaciones institucionales, la de ayudas de Estado y un asesor) se reunieron con una excesivamente amplia delegación aragonesa (a los citados hay que añadir varios cargos más que se apuntaron al viaje) para trasladarles cómo estaba la situación actual. Los representantes aragoneses no salieron demasiado optimistas, a juzgar por sus primeras declaraciones. "Tengo una sensación agridulce", expresó el consejero de Presidencia, Javier Velasco. Sin embargo, poco después matizó su primera impresión. "Tengo una valoración muy positiva", expresó poco después el mismo Velasco.

Según explican diferentes fuentes, en el asunto del veto a las ayudas, ya está claro que la Comisión Europea permitirá el desbloqueo del decreto. Pero lo hará de forma "coyuntural", "puntual" y obligando a que España (su Gobierno central) reconozca que esta decisión de subvencionar también a las térmicas para que quemen el carbón que ya ha sido previamente subvencionado para ser extraído es una decisión "excepcional" que jamás se podrá volver a repetir.

Según explican fuentes de la Comisión, el Gobierno central ya ha aceptado reconocer esta excepcionalidad, de ahí que el desbloqueo del decreto esté en mejor posición que hace unos meses.

En cualquier caso, pese a todos estos condicionantes, la decisión es positiva para Aragón una vez que permitirá acabar con el importante stock de carbón que se está acumulando. Así, debido al bajón de petición de energía y a que ha llovido mucho (la hidroeléctica ha dado más de sí que otros años), las comarcas mineras tienen un exceso de carbón acumulado ya extraído.

Sin la total garantía

Con el desbloqueo del decreto, a partir de un mes las empresas térmicas recibirán dinero a cambio de quemar ese carbón, así que se puede decir que ese primer problema quedaría resuelto. A todo esto hay que poner el condicionante de que, aunque el gabinete de Almunia se muestre optimista y plantee en su calendario de trabajo llevar la decisión a la reunión del miércoles 29, a la vez indican que, aunque no las esperan, puede haber sorpresas y que por tanto,"hasta el último momento", se mantienen alerta.

Si por la mañana se reunieron con representantes del equipo de Almunia, por la tarde la delegación fue recibida por Michael Koehlr, jefe de gabinete del comisario de Energía, que tampoco les trasladó novedades sino que les informó con más detalle del otro asunto en cuestión: el reglamento europeo de ayudas al carbón.

Esta norma, aún en tramitación, tiene por objetivo determinar el marco de ayudas que recibirá la extracción del carbón en los próximos años. Según trasladó la delegación aragonesa a sus interlocutores, han detectado dos problemas: se ve con mucha preocupación que el límite fijado para poder dar ayudas sea 2014 y consideran aún más grave que esas ayudas estén condicionadas a que todas aquellas empresas que las reciban se comprometan a cerrar.

En este caso, según dejan claro fuentes de la Comisión, sí es factible cambiar la fecha final (se apuesta por 2018, que es lo que prevé Alemania), pero en ningún caso se va a modificar que todo aquel que reciba estas ayudas sea porque ha presentado un plan de cese de actividad.

Este asunto, según aseguraron ayer desde la DGA, obviamente no beneficia a Aragón, pero tampoco es imposible que las minas de esta Comunidad sean rentables. De hecho, están en mejores condiciones que las de otras partes de España y, según explicó el consejero Arturo Aliaga, todo dependerá de cómo esté el precio del carbón en el mercado internacional. Si vuelve a niveles anteriores a la crisis, aún podría haber algún margen para la esperanza.

En cualquier caso, en los encuentros de ayer también quedó claro que todo pasa por invertir también en la menor contaminación. Así, una opción que se maneja es, a la vez que se reduce la subvención a la minería, ir aumentando las ayudas a las térmicas para capturar el CO2. En encontrar o no este equilibrio está el futuro del carbón aragonés.