Ni medio año han durado las aspiraciones a intentar organizar los Juegos Olímpicos de Invierno en 2018 con una candidatura conjunta de Aragón con Andorra y Cataluña. Los andorranos prácticamente han descartado su participación en el proyecto, mientras la DGA está decidida a seguir adelante con sus planes.

La marcha atrás del Gobierno andorrano la han dejado bien clara su presidente, Albert Pintat, y el presidente del Consejo General de Arán, Francesc Boya, durante la primera visita institucional que el jefe del Ejecutivo realizó al valle leridano.

Pintat declaró que hay que ser humildes y reconocer que el mundo es grande y existen otras ciudades muy preparadas para acoger unos Juegos, según recoge el periódico 'Bondia'. Asimismo aseguró que si no se hace un proyecto conjunto de los Pirineos la candidatura no saldrá jamás.

El jefe de Gobierno andorrano echa ahora el freno, cuando fue precisamente él quien en octubre anunció el interés de su país por optar a las Olimpiadas con una candidatura mixta y reveló que había contactos en este sentido con el Ayuntamiento de la capital aragonesa.

Más contundente se mostró el presidente del Consejo General de Arán al asegurar que, aunque se trata de una idea que no hay que perder de vista, hay que ser realistas y no seguir hablando de una candidatura en el futuro. "Si hacemos un esfuerzo de sinceridad, hemos de decidir que lo tenemos muy verde, tanto Aragón como Cataluña y Andorra", afirmó.

Por su parte, fuentes del Gobierno de Aragón aseguraron que la comunidad seguirá adelante con sus planes de concurrir a los Juegos con independencia de que Andorra se descuelgue. Según reconocieron, desde que se anunció la intención de presentar la candidatura no ha habido reuniones con los responsables andorranos ni con los catalanes al respecto, ya que se acordó esperar hasta que haya una resolución sobre Madrid 2016 para no entorpecer sus posibilidades.

Las mismas fuentes aseguraron que Aragón está en condiciones de competir por sí sola, ya que hay proyectos como la ampliación de Cerler, la unión de Formigal con Astún y hasta con Candanchú o el acuerdo con Piau-Engaly que harán de la comunidad una potencia en el mundo de los deportes de invierno. En este sentido, interpretaron que la marcha atrás de Andorra puede deberse, precisamente, a que ahora sus autoridades ven en Aragón a un "competidor, más que una oferta complementaria".