sucesos 

El arzobispo de Zaragoza se despide del cura Javi, "que tanto nos hizo rezar cantando al amor más sincero"

"Abrumado por su muerte", Carlos Escribano recuerda al sacerdote Javier Sánchez en una homilía de la misa en el convento de Santa Isabel.

El arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, ha pronunciado el pregón de la Semana Santa de Huesca en una iglesia de Santo Domingo abarrotada.
El arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano 
Verónica Lacasa

El arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano, se ha despedido del cura Javier Sánchez, de 60 años,abrumado por la noticia de su muerte ocurrida por las quemaduras sufridas durante la celebración de la Vigilia Pascual, el pasado Sábado Santo en el convento de las Hermanas Concepcionistas Franciscanas en Santa Isabel . Así se ha manifestado Escribano durante la misa privada celebrada este viernes por la mañana con las monjas de clausura, y a la que han asistido sus familiares y personas más próximas.

En la homilía que ha pronunciado, el arzobispado ha afirmado que la iglesia diocesana “está triste” por este suceso y expresó sus condolencias a su “querida familia” (han viajado su madre y alguna hermana desde Madrid). “Es inútil darle vueltas, por más que nuestro dolor por una pérdida como la de Javier Sánchez, nuestro querido Javi, nos ha sumido en ese pliegue de preguntas que nos dejan pobres, de dudas que nos zarandean, de lágrimas como humilde expresión de lo que no sabemos decir abrumados por la noticia”, comienza el arzobispo en la misa exequial.

De hecho, ha compartido el dolor y “el sobresalto fiero de un hecho con el que nadie contaba”, con su familia “que le quería y le quiere”, sus compañeros sacerdotes “que le lloramos con desazón”, las monjas Concepcionistas “que estaban preparando la resurrección del esposo”, ni los cofrades de la Humildad, que “en el epílogo de la Semana Santa reciben la peor de las noticias”, ni la feligresía y los vecinos de San Gregorio, “que no tuvieron la oportunidad de celebrar con él la fiesta del triunfo de la vida”, ni tantos amigos que han encontrado en su música y en sus canciones “la caricia y el rostro de un Dios cercano”.

Además, en esta emocionante homilía, el arzobispo despide al sacerdote Javi que “tantas veces nos hizo rezar cantando al amor más sincero”. Precisamente este tema, titulado ‘Al amor más sincero’, se escuchará en la oración que se celebra este viernes por la tarde a las 17.00 en la iglesia de Santa Isabel, que van a dirigir varios sacerdotes de Zaragoza y el vicario general de la Archidiócesis de Zaragoza, Rubén Ruiz.

“No hemos hecho otra cosa que compartir nuestra sorpresa incrédula ante la noticia que fue corriendo de boca en boca, de mensaje en mensaje, mientras compartíamos la mala noticia no dando crédito, como si nuestra extrañeza herida y perpleja pudiera cambiar las cosas”, asume el arzobispo de Zaragoza en la iglesia donde el sacerdote solía oficiar las misas a las monjas de clausura. Vivía en este convento en los últimos meses mientras se construía una casa en el barrio de San Gregorio, después del acuerdo entre la Archidiócesis y el Ayuntamiento rural.

Desde los presos de Daroca a los enfermos del Royo 

Entre las personas que menciona el arzobispo Carlos Escribano con las que ha actuado como párroco Javi Sánchez destaca que una vez que se supo su muerte, “los presos de Daroca elevaban una oración agradecida por los ratos compartidos" con el sacerdote fallecido y “por estar cerca de los enfermos a quienes atendiste en la pastoral hospitalaria” (en el hospital Royo Villanova). Además, agradece al sacerdote su cercanía, que hizo con “tantos hombres y mujeres de nuestros barrios (La Jota y San Gregorio) en los que has servido y que han recibido tu palabra, amistad y compromiso para descubrir a Jesús”.

Incredulidad y conmoción en la parroquia de San Gregorio al conocer el fallecimiento de su párroco, Javier Sánchez.
Incredulidad y conmoción en la parroquia de San Gregorio al conocer el fallecimiento de su párroco, Javier Sánchez.

Para superar lo que han vivido con la muerte del sacerdote, el arzobispo reconoce que necesitan "que Javi nos preste aquellas muletas de la fe" de las que habla en una de sus canciones para que “nos oxigene” y “amortigüe el dolor que sentimos”. Recuerda su letra: “Con madera de la cruz han hecho mis dos muletas, las dos cargan con mi peso, yo las llevo, ellas me llevan. Con madera de la cruz han hecho mis dos muletas. No nacieron en la noche, aunque negras son por fuera, las dio a luz un resplandor a pesar de mis tristezas, pero por dentro son blancas y hacia el sol me llevan”.

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