Las calles más estrechas de Zaragoza 'versus' pasos de Semana Santa cada vez más grandes

Las calles de Dormer, de Pabostria o de la Santa Cruz son algunas de las vías donde más apuros pasan los cofrades de Zaragoza.

Peana del Ecce Homo por las calles del casco viejo del Arrabal.
Peana del Ecce Homo por las calles del casco viejo del Arrabal.
Guillermo Mestre

¿Cuál es la calle más estrecha por la que pasa una procesión en Zaragoza? Entre los cofrades hay división de opiniones, pero las cinco o seis que encabezarían el ránquin están claras: Dormer, Pabostria, Santa Cruz, Méndez Núñez (en el tramo de la calle de la Santa Cruz) o Santiago, en la trasera del pasaje Ciclón.

"Yo creo que lo más estrecho es el tramo final de la calle Mayor, el lateral de la iglesia de la Magdalena, por allí pasa La Humildad para cruzar el Coso", indica Ricardo Navarro, presidente de la Asociación para el Estudio de la Semana Santa.

Sea cual sea, lo cierto es que planificar una procesión sobre el entramado urbano es un auténtico encaje de bolillos en el que hay que contar con mil y un factores: los maceteros, las farolas, los veladores, incluso las estaciones de bici de alquiler municipal o la poda de ciertos árboles para que no interfieran con los pasos y peanas.

La ciudad está llena de ‘obstáculos’ para los cofrades y son 53 procesiones las que recorren Zaragoza, cada una con su singularidad. Esto obliga a trabajar con mucha antelación y –según explican desde la Junta Coordinadora– ya en octubre hay una asamblea de hermanos mayores en la que se ponen en común los recorridos procesionales.

El trabajo conjunto con Servicios Públicos, Policía Local y Los Tranvías es tan fundamental como hacer las peticiones y solicitudes con previsión, si bien siempre hay flecos de última hora que tratan de solventarse sobre la marcha. Los primeros permisos se tramitan en noviembre y las solicitudes definitivas suelen llegar en febrero.

En el llamado "documento de peticiones" incluye detalles como la necesidad de una tarima en la plaza del Pilar, el permiso para la megafonía de las predicaciones o la conveniencia de que la Policía Local a caballo acompañe algunas procesiones. Sobre calles estrechas no se dice nada en concreto, pero sabido es que los cofrades han de pasar ‘en fila india’ ante los escasos cinco metros de anchura de, por ejemplo, Pabostría.

En Dormer se suele pedir que se apaguen las farolas para que la procesión brille con luz propia, en Candalija la Dolorosa procura que les aparten unos maceteros y, por ejemplo, en Manifestación se solicita mover provisionalmente algunos contenedores. Hay que repasar también las obras en las calles y esos cables que cruzan de un extremo a otro, si bien casi todas las cofradías llevan una horquilla o una pértiga para poder controlar bien las alturas.

Y si de angosturas al paso de las procesiones se habla hay que contar con que en Huesca también se ven imágenes de pasos casi rozando la pared y cofrades haciendo escorzos para salvar la papeleta: el Santo Cáliz cuando pasada su Cenáculo por Sancho Abarca es el mejor de los ejemplos.

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