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Las familias de niños con altas capacidades de Aragón urgen un protocolo de detección en las aulas

Educación permitirá tener en cuenta las evaluaciones de profesionales colegiados externos para que los orientadores puedan determinar "más rápidamente" las necesidades. 

Altas capacidades.
Este jueves 14 de marzo se celebra el Día de las Altas Capacidades.
HA

La detección de altas capacidades sigue siendo una asignatura pendiente del sistema educativo. Y la situación en Aragón es incluso todavía más difícil, con apenas 273 niños evaluados y con intervención educativa. Son solo el 0,08% del alumnado, cuando en España alcanza el 0,49%. No obstante, ambas se encuentran lejos de las estimaciones mundiales, que consideran que un 2% de los niños son superdotados y alrededor de un 10% tienen altas capacidades

Ante esta situación, las familias de niños con altas capacidades de Aragón, agrupadas en la asociación Sin Límites, reclaman un protocolo de detección en las aulas como el que existe en otras comunidades autónomas. "Suelen hacer un cribado grupal en 3º de Infantil o 1º de Primaria y a los niños que dan muestras de que pueden tener altas capacidades, se les hace el test individualizado", señala Beatriz Urriés, vicepresidenta de la asociación. Y esto se repite en 5º o 6º de Primaria. 

"Un 10% de la población es un porcentaje muy amplio para que se tenga en cuenta y se pueda trabajar con ellos", recalca esta madre de dos niños con altas capacidades, quien lamenta que la situación empeoró cuando en 2018, el Ejecutivo anterior "eliminó más de 6.500 alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (Acneaes)". En el caso de las altas capacidades se pasó de 675 a 118. "Al perder esta condición, también perdieron la atención educativa y el acceso a ayudas", lamenta. 

La falta de identificación, además, suele ser mayor entre las niñas, ya que suponen solo un tercio. "A los chicos se les evalúa porque presentan conductas más disruptivas, mientras que las niñas tienden a adaptarse y portarse bien", sostiene Urriés. 

Para mejorar esta situación, Educación asegura que se tendrán en cuenta las evaluaciones de profesionales colegiados (psicólogos y psiquiatras) con el objetivo de "agilizar" el proceso. De este modo, se pretende que los orientadores puedan determinar "más rápidamente" las necesidades educativas. Hasta ahora estos diagnósticos externos apenas se tenían en cuenta. 

Programa de desarrollo de altas capacidades

Respecto a la intervención se quiere recuperar el programa de desarrollo de altas capacidades, que ahora había pasado a denominarse de capacidades y a ofrecerse en la mayoría de los casos a todo el alumnado por igual. Este curso hay 81 centros adheridos y la intención de Educación es evaluar las actividades que llevan a cabo para "extraer las buenas prácticas existentes". "El objetivo es mejorarlas para que no se entiendan como aula de apoyo, sino que tengan su sentido, que es impulsar las altas capacidades", señalan desde el Departamento. 

Desde Sin Límites recuerdan que, en su inicio, el alumnado con altas capacidades tenía "plaza fija" en estas aulas y que los de alto rendimiento (aquellos que estudian y sacan buenas notas) rotaban. "Allí los niños trabajaban con muchos proyectos, mucha investigación. Ahora lo que te transmiten es que es lo mismo que en clase, pero con un ordenador", lamenta. Recuerda que estos niños necesitan "mucho material y muy profundo", puesto que "las preguntas que hacen son muy complejas".  

En este sentido, incide en la pérdida de los apoyos educativos en los últimos años y el efecto económico que acarrea: "Somos un colectivo en el que todo pasa por lo privado: la atención psicológica, las extraescolares, las ampliaciones curriculares...". "Viven toda la escolarización frenados, especialmente en Infantil y Primaria, donde no pueden aprender a su ritmo. Y todo eso hay que contrarrestarlo en casa", recalca, al tiempo que pone el foco en la importancia de gestionar la parte emocional. 

Es precisamente a consecuencia de este desfase entre el ritmo del alumno y el de la clase por el que surgen muchas frustraciones y existe una alta tasa de fracaso escolar entre estos menores que, pese a la creencia popular, no son los que mejores notas sacan. Las altas capacidades van más allá de ser inteligente, se trata de una "neurodivergencia" que hace que "su cabeza funcione de una manera diferente, procesando todo mucho y más intensamente tanto a nivel cognitivo como emocional". 

"La mayoría de los niños con altas capacidades no están para trabajar en su curso. Lo dicen los estudios, pero además lo hemos corroborado en la asociación. Cuando les flexibilizan, mejoran sus notas y se integran mejor", recalca Urriés. Actualmente al alumnado evaluado y con resolución se le aplican dos tipos de medidas. Las generales se basan en el enriquecimiento curricular o el uso de metodologías diferentes que refuercen sus habilidades sociales, emocionales y creativas. Las específicas se centran en la flexibilización o aceleración del currículo. 

El Departamento de Educación también quiere impartir formación específica para docentes, debido a su papel "fundamental" en la detección. Igualmente, se impulsará la formación de las familias. 

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