Victoria Herranz, madre de mavi doñate

“Le aconsejé a Mavi que, además de aprobar Periodismo, tenía que aprobar en la vida”

Victoria Herranz, madre de la periodista aragonesa Mavi Doñate, corresponsal de TVE en París, relata cómo defendió su trabajo desde que era una niña. Madre e hija protagonizan el especial '8-M Detrás de una gran mujer... hay otra gran mujer'.     

La periodista aragonesa Mavi Doñate (en el móvil) con su madre Victoria Herranz en su casa en Zaragoza.
La periodista aragonesa Mavi Doñate (en el móvil) con su madre Victoria Herranz en su casa en Zaragoza.
Oliver Duch

Victoria Herranz, de 79 años, tenía muy claro que su hija Mavi Doñate Herranz (Zaragoza, 1971), actual corresponsal de TVE en París, iba a ser periodista. Siendo una niña, le anunció que esa profesión era su sueño.  Además, demostró desde su infancia en el colegio El Buen Pastor y durante la adolescencia en el instituto Blecua, ambos centros en el barrio de Torrero La Paz, que era “muy estudiosa y responsable” y “ha sabido lo que quería”.  Por eso sus padres (Gonzalo Doñate, de 79, acompaña a la madre en la entrevista con HERALDO en su casa) le facilitaron que cursara sus estudios de Periodismo en la Universidad de Navarra (1991-95).

Su familia era de trabajadores de clase media. Gonzalo repartía periódicos como HERALDO DE ARAGÓN y Victoria fue “una heroína”, como la califica su hija desde París con emoción. Cuenta que su madre se marchó con 14 años de su pueblo, Adobes (Guadalajara), al lado de Molina de Aragón, a trabajar a Zaragoza en una casa para “servir” a una familia que vivía en el paseo de Independencia. De hecho, llegó del pueblo a la capital aragonesa con su hermana Milagros por “necesidad” (los padres eran agricultores en un municipio que solo tenía labranza de animales y estaban poniendo el agua en las casas) y “valentía”.

Era como si me fuera a Nueva York, vamos. Mis padres eran agricultores y yo me vine a servir a una casa de Zaragoza, con mi hermana que acaba de fallecer. Luego ya me puse a coser y me fui colocando cuando me casé en 1970, después de que vinieran mis padres”, relata Victoria Herranz. Con ese pasado que ha marcado la vida de Mavi Doñate en su profesión periodística ella tiene muy claro que “yo soy una afortunada porque estoy aquí porque he estudiado para esto” y no “por necesidad”, como tuvieron que hacer su madre y su tía.

La madre de la periodista aragonesa tiene muy claro que le transmitió a su hija su “rebeldía” y feminismo. De hecho, revive un episodio cuando Mavi tenía 10 años y estaba con una amiga que había sacado malas notas y escuchó a la otra madre que la calmó diciéndole que las chicas no necesitaban estudiar sino sacar un buen novio para casarse. “Cuando lo escuché le dije que no hiciera caso. Primero tienes que estudiar y cuando tengas el trabajo intentar ser la mejor. Nunca pienses en que te mantenga un hombre, sino en mantenerte por ti misma”, cuenta.

Victoria Herranz y su hija, la periodista corresponsal de RTVE, hablan de la libertad de las mujeres en el periodismo
Victoria Herranz y su hija, la periodista corresponsal de RTVE, hablan de la libertad de las mujeres en el periodismo

Pronto le hizo caso a su madre porque Mavi, con apenas 15 años, les dijo a sus padres que se quería ir a Inglaterra para aprender ese idioma cuidando a unos chicos en una casa de un nativo para financiarlo. “Le dije que cuando cumpliera 18 y ella me lo recordó en el verano (con 17, porque los cumple en octubre), así que se fue antes de empezar los estudios en Periodismo”, relata la madre.

El camino abierto por la Calaf y Sarmiento 

De esas batallas con el idioma, la profesión y la inquietud como mujer, la periodista reconoce que su generación ha recogido los frutos del camino que les dejaron abierto sus antecesoras como Rosa María Calaf y Carmen Sarmiento, porque cuando ella llegó a TVE “ningún jefe se planteaba que una mujer no podía estar en una guerra”. 

Aun así, reconoce que “sigue pasando que no hay muchas mujeres en los puestos directivos de liderazgo” y sigue habiendo "problemas de conciliación si se quedan embarazadas y tiene que criar a sus hijos”, por lo que cree que se debería invertir más" para poder compaginar mejor la vida familiar con los ciclos profesionales.

“En mi época éramos muchas mujeres en clase. Es una profesión que se nos da bien porque somos intuitivas, rigurosas y constantes. Siempre hemos querido contar historias”, defiende la periodista aragonesa.

Victoria reconoce que le dijo a su hija al irse a la Facultad de Periodismo en la Universidad de Navarra: “Tienes que aprobar porque es tu trabajo, pero también tienes que aprobar en la vida. Eso es muy importante”.  

Antes de que Mavi Doñate empezara a salir en los telediarios hizo sus primeras prácticas en HERALDO el año 1992, el verano de los Juegos Olímpicos, cuando iba a empezar segundo curso. Estuvo en la sección de Maquetación, con Luis García Bandrés. 

“Esa redacción tenía mucho dinamismo, muy viva y pulso informativo, como habíamos visto en la película de Billy Wilder. Era la Zaragoza de los años 90, muy apasionante, con mucho pulso, y aprendí muchísimo ese verano que fue un regalazo”, reconoce la periodista.

Desde la riada de Biescas a los atentados del 11-M

A su madre le queda más nítido el recuerdo de los primeros trabajos que hizo cuando acabó la carrera y las prácticas que hizo en Onda Cero en 1996, un año que le marcó porque “siendo muy joven (24 años) ha estado en cosas muy malas de sufrir como el niño autista (José Joaquín Ayete, perdido el 24 de julio de 1996 y se encontraron sus restos en 1999), y luego le tocó la tragedia del camping de Biescas (7 de agosto de 1996)”.

Luego enumera “cosas tan gordas” como cubrir la información de los atentados yihadistas de Madrid (11 M), de los que se cumplen 20 años el próximo lunes, o “el terremoto de Lorca, lo de Mali o Haiti”. “Las cosas tan gordas que ha vivido le han formado y hecho fuerte, aunque también como madre sufres porque conozco a mi hija”, reconoce Victoria Herranz.

Pero justo antes de su entrada en el mercado laboral, la madre califica como "el peor día de su vida" cuando su hija se marchó a Perú, a la ciudad de Piura, el verano que ya era licenciada en Periodismo y hacía prácticas en una radio y daba clases en la universidad. “Era muy jovencica, estaba muy lejos de su país y no conocía a nadie. El día del Pilar quedó en llamarnos, la esperamos mañana, tarde y noche, pero no pudo porque no había luz”, señala.

La periodiodista zaragozana Mavi Doñate, corresponsal en Asia, en una imagen de archivo.
La periodiodista zaragozana Mavi Doñate, cuando era corresponsal en Asia
JUAN BARANDICA

Esos antecedentes le llevaron en su carrera a ser responsable de Sociedad en TVE, pero su madre tenía muy claro que su hija estaba más cómoda trabajando en el periodismo de la calle. Cuando le llamó para contarle que le ofrecían ser corresponsal de China, Victoria recuerda que sabía que ese trabajo era “lo que tenía en la cabeza” y le dijo que lo pensara. “Pasamos mal la pandemia y gracias a esto (el móvil) lo superamos”, reconoce la madre, quien no pudo celebrar en ese país tan lejano de los 50 años de su boda con Gonzalo y sus tres hijos.

Victoria Herranz sufrió porque su hija no tuviera vacaciones en 2020 porque no pudo salir de China y lo pasaron “regular”, aunque ella llegó a mandarles las primeras mascarillas que vieron en Zaragoza antes de que llegara la pandemia. “Era un país distinto, donde no les dejaban salir ni hablar con gente. Pero Mavi se hizo su familia en China, desde embajadores hasta chinos que le han invitado a su boda. Dice que volverá porque tiene familia allí”, indica la madre, quien guarda en la entrada de casa el libro ‘Bajo la mirada del dragón despierto’ (Obras diversas) y otros de su hijo David, que es poeta.

El traslado a París de la periodista aragonesa ha permitido que sus padres pudieran visitarla en la capital de Francia para conocer su piso, que comparte con su pareja, el fotógrafo Jon Barandica, y la oficina de TVE desde donde ven la Torre Eiffel, donde la madre subió con su hija en el reciente viaje de diez días. “No volveremos hasta que pasen los Juegos Olímpicos (este verano) y arreglen la catedral (Notre Dame)”, señala.

Antes de marcharnos, Victoria se despide haciendo un dibujo de la mujer en España que “siempre lo hemos tenido más difícil porque hemos sido menos valorada”. Aun así, señala que “Mavi ha tenido lo que ha querido, sin lujos, para un libro, un viaje o unas prácticas” porque “ha sido una niña muy despierta que se fue a un campamento con 10 años a Alcañiz (Sarabastal) y luego se hizo monitora”. Tan despierta y minuciosa en su trabajo que ha conseguido, entre otros grandes galardones, el premio de Periodismo Chaves Nogales en 2023, el premio Cirilo Rodríguez en 2021 y el premio Porquet en 2020. 

Al preguntarle cómo va a ser la revolución de la mujer, la madre de Mavi Doñate defiende que “todos necesitamos nuestro respeto. Los puestos de trabajo llegarán tanto a las mujeres como a los hombres”, se despide.

 

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