¿Por qué los polacos gritaban "¡Recordad Zaragoza!" cuando les asediaron los nazis?

Durante el cerco de Varsovia, en la segunda Guerra Mundial, los soldados polacos lanzaban este grito recordando su actuación en la capital aragonesa para insuflar ánimos en la lucha contra los alemanes.

Durante el cerco de Varsovia, en la segunda Guerra Mundial, los soldados polacos gritaban desde las trinchera: ‘¡Recordad Zaragoza!’ para insuflar ánimos en la lucha contra los alemanes.
Durante el cerco de Varsovia, en la segunda Guerra Mundial, los soldados polacos gritaban desde las trinchera: ‘¡Recordad Zaragoza!’ para insuflar ánimos en la lucha contra los alemanes.
Kristina Urresti

El nombre de Zaragoza se conoce más allá de sus fronteras por muchos motivos. El turismo, el deporte o la cultura han dado alas a la ciudad y su nombre se repite por diferentes países. Sin embargo, es la resistencia de sus habitantes, el coraje en la lucha y la defensa de lo que creen propio hasta el fin, lo que granjeó fama mundial a la ciudad, sobre todo en un país centro europeo: Polonia.

Pero, ¿por qué Zaragoza es famosa entre los polacos? Para conocerlo hay que remontarse a principios del siglo XIX cuando en España se libraba la Guerra de la Independencia contra los franceses y en la capital aragonesa tenían lugar los Sitios de Zaragoza. El ejército francés trajo consigo a España tropas polacas y algunas de ellas participaron en los asedios a la capital aragonesa, en concreto la Legión del Vístula y los Lanceros del Vístula.

"Combatían como leones"

“En el asedio intervinieron los tres regimientos de infantería de la Legión del Vístula y el temible regimiento de lanceros del Vístula, conocido después por los españoles como los ‘picadores del infierno’. Aproximadamente, unos 4.500 hombres. Estaban encuadrados en el Cuerpo de Observación de los Pirineos Occidentales mandado por el mariscal Jean-Baptiste Bessières. Participaron en todos los importantes acontecimientos: la batalla de las Eras del Rey, la conquista del Monte de Torrero y la de los conventos de San José, o Santa Engracia, las luchas en la puerta del Carmen", decía la historiadora Cristina González Caizán en una entrevista del periodista de HERALDO, Mariano García, con motivo de la publicación de su libro ‘Por Napoleón en España. Los polacos en los Sitios de Zaragoza (1808-1809)’. "Su participación fue decisiva en los Sitios. Combatían como leones”, añadía González Caizán.

Una victoria amarga

Zaragoza, finalmente, capituló y los franceses tomaron la villa, gracias, en buena parte, al apoyo de las tropas polacas. Sin embargo, los del Vístula no estaban satisfechos. “Veían a gente luchando por su libertad hasta el final. A hombres, mujeres y niños que lo daban todo en unos Sitios que fueron terroríficos y quedaron muy afectados y defraudados”, explica Gonzalo Aguado, presidente de la Asociación Cultural Los Sitios. Por lo que tras acabar la guerra, muchos simpatizaron con los zaragozanos, a los que, además, unía el mismo fervor religioso que no compartían con los franceses, se casaron con zaragozanas y se quedaron a vivir en la ciudad. De hecho, a día de hoy hay varias familias que descienden de estos soldados polacos en Zaragoza”, confirma Aguado.

"A día de hoy hay varias familias zaragozanas que descienden de los soldados polacos de los Sitios".

Los que volvieron a sus casas lo hicieron con las imágenes de la lucha de un pueblo hasta el último aliento en la memoria, con la amargura de haber participado en ese asedio y lo transmitieron a sus descendientes. Algunos escribieron libros relatándolo, o pintaron cuadros que aún pueden verse en algunos museos de Varsovia. “Los libros sobre los Sitios de Zaragoza y el general Palafox eran una lectura habitual en Polonia hasta mediados del siglo XX y la cultura popular se impregnó de estas historias por lo todo el mundo sabía lo que había pasado aquí”, continua el presidente de la Asociación Cultural Los Sitios.

"Los libros sobre los Sitios eran una lectura habitual en Polonia hasta mediados del siglo XX".

¡Recordad Zaragoza!

Cuando llegó la segunda Guerra Mundial, los alemanes asediaron Varsovia y mantuvieron el sitio durante casi un mes. Entonces los ciudadanos y los soldados polacos retomaron ese ideal de lucha que habían oído y leído desde la infancia y la frase: ‘¡Recordad Zaragoza!’, se convirtió en una llamada a la resistencia contra los nazis y un grito que se escuchaba en las trincheras, a miles de kilómetros de distancia de la capital aragonesa y más de 130 años después de que hubiesen ocurrido los acontecimientos que lo originaban.

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