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Nuevas protestas del campo en Zaragoza: "Necesitamos compromisos en firme y que lleguen a Europa"

Los agricultores cortan la A-2 en La Almunia, la A-23 en Villadoz y Villanueva de Gállego, la A-68 en Mallén y la N-232 en Fuentes.

Las protestas de los agricultores han cortado carreteras como la A-2, a la altura de La Almunia de Doña Godina.
Las protestas de los agricultores han cortado carreteras como la A-2, a la altura de La Almunia de Doña Godina.
J. Macipe

Los agricultores aragoneses no cesan en su empeño de visibilizar los problemas que vive el sector primario y este miércoles, desde primera hora de la mañana, han redoblado sus protestas en distintas carreteras, principalmente. Entre las principales concentraciones están los cortes en la autovía en la A-2 a la altura de La Almunia de Doña Godina, la A-23 en Villadoz y Villanueva de Gállego y en la N-232 a la altura de Fuentes de Ebro. También han afectado a la A-68 en Mallén, y a a las incorporaciones desde la N-122 por Magallón y la A-127 por Gallur.

Tanto en los casos de La Almunia y de Villadoz, las interrupciones del tráfico se realizan a pie de manera alterna entre los dos sentidos de circulación en periodos de tiempo que rondan la media hora, generando retenciones algunas retenciones, aunque se abre paso, como habitualmente, al paso de vehículos de emergencias, transportes sanitarios y urgencias de particulares. "Necesitamos que haya compromisos en firme y que lleguen a Europa", sintetiza Eduardo Camín, uno de los cerca de 40 agricultores de la zona de Daroca concentrados en Villadoz.

"Tiene que haber unas respuestas negro sobre blanco. No nos vale con que el consejero (del Gobierno de Aragón, Ángel Samper) nos dé una palmada en la espalda. Tienen que tomar medidas, ir al ministro y que España vaya a Europa para cambiar las cosas", insistía Camín. A casi 50 kilómetros, las peticiones en La Almunia, donde se congregaban productores de Valdejalón, Cariñena y Calatayud, caminaban en el mismo sentido: "No podemos parar. Hace falta una respuesta en firme sobre lo que reclamamos", aseveraba Adrián Valero, de Alfamén.

En su caso, pedía directamente al ministro Planas que "se cumpla de verdad la ley de la cadena alimentaria". A este punto se sumaba Jesús, de Sabiñán, que detallaba cómo "el coste de recoger la cereza ha ido creciendo, la vendemos por dos o tres euros el kilo prácticamente sin margen y luego en el supermercado está a 6 o 7 euros". "Son unos precios injustos y que quitan las ganas de seguir. Mis dos hijos están trabajando en Zaragoza porque no veían futuro", lamentaba.

Al mismo tiempo se quejaba de la digitalización y todo lo que supone. "Nadie nos ha enseñado a los de mi edad y para todas las exigencias necesitas de un gestor, y eso son más gastos", ahondaba el propio Jesús. A su lado, Daniel, también de Sabiñán, con más de una década en el sector, señalaba que "cada vez hay más burocracia" y apuntaba que "los seguros cada vez son más caros y las coberturas van disminuyendo". "Los precios de los abonos y fitosanitarios están disparados, pero luego dejan entrar productos de fuera a los que no les piden lo mismo", incidía.

"Somos pequeños autónomos y no puede ser que tengamos pendientes de cobrar dos cosechas. Además, la plaga de conejos es una lacra y no sirve con la caza, tiene que ser algo más drástico porque de otra forma no sirve de nada", subrayaba Alberto Valero, también de Alfamén. "Hay obligaciones totalmente inútiles en la PAC, como los ecoregímenes, que te obligan a sembrar para la fauna, que se puede buscar la vida y a nosotros nos supone gasto y no cosechar nada", señalaba Mariano Navarro, de Mezalocha.

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