Turismo

De Aragón al resto del mundo y viceversa: fiebre por el intercambio de casas

Esta forma de viajar se popularizó con la pandemia. La Comunidad registra más de 21.000 pernoctaciones en la plataforma Home Exchange, un 82% más que en 2019.

Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Home Exchange

De Calatayud a la Conchinchina. Y sin preocuparte en exceso por el alojamiento. El intercambio de casas está de dulce. El interés por esta forma de viajar se disparó en la pandemia y Aragón se ha erigido como una de las Comunidades que más viajeros recibe, con permiso de otras como Cataluña o Andalucía. Según la plataforma Home Exchange, la principal a nivel nacional en este turismo emergente, la Comunidad registró en 2023 hasta 21.390 pernoctaciones, lo que supone un 42% más que el año anterior y hasta un 82% desde 2019, cuando se registró el pico (11.751) desde la creación de esta red.

La fiebre por el intercambio de casas es real. Los ciudadanos, poco a poco, han perdido el miedo a dejarle su hogar a desconocidos al descubrir cómo funciona esta fórmula. Según Home Exchange, en Aragón hay ya 507 miembros registrados en la plataforma: 333 de Huesca, 117 de Zaragoza y 66 de Teruel. En España ya son 22.503 y, en todo el mundo, 150.000. En 2022 Aragón registró hasta 15.020 pernoctaciones, mientras que el año pasado esta misma cifra fue de 21.390. Se potenció, especialmente, el turismo local, según explica Pilar Manrique, portavoz de esta red en España. "Un 79,79% corresponden a intercambios domésticos (17.067), es decir, se produjeron en la misma Comunidad", detalla.

Sin duda, Huesca y el encanto del Pirineo son los destinos favoritos de los venidos de fuera de la Comunidad que buscan alojarse en la casa de otro. En la provincia altoaragonesa se contabilizaron 15.658 alojamientos durante el último año. En Zaragoza fueron 3.477, mientras que en Teruel fue de 2.255. Por ciudades, en Jaca las personas que intercambiaron sus hogares pernoctaron 3.330 veces; 1.675 en Sallent de Gállego; 1.350 en Villanúa; y más de 900 en Biescas y Benasque. La capital aragonesa registró 2.685 alojamientos.

Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Home Exchange
Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Home Exchange

"La tendencia de Aragón es la misma que ha tenido lugar a nivel nacional y prácticamente global. Desde la pandemia, hemos visto un crecimiento de Home Exchange que estos últimos años se ha acelerado aún más. La inflación ha hecho que se potencie el turismo más local y, unido a las ganas de la gente de cuidar el medioambiente ha transformado este sector", detalla Pilar Manrique.

El funcionamiento de esta plataforma es simple. Debes someterte a un registro gratuito para comenzar la andadura de buscar un hogar acogedor en el que pasar tus vacaciones. "Se lleva a cabo un proceso de verificación muy importante, que implica un primer paso de confianza para el intercambio. Después, hay que activar una suscripción de 160 euros al año", añade Manrique. Económicamente, no habría que aportar nada más para viajar. "En una familia de tres o cuatro miembros estimamos que se ahorran un 30% del presupuesto total por el alojamiento", indica.

Existen dos tipos de intercambio: el recíproco y el no recíproco. En el primero, las familias se permutan sus viviendas, ya sea al mismo tiempo o en fechas diferentes, siendo anfitriones e invitados al mismo tiempo. En el segundo, como su propio nombre indica, el interesado viaja y se aloja en la casa de otro miembro, sin recibirlo en su hogar. Para ello, existen unos puntos canjeables que se ganan gratuitamente en el registro y recibiendo invitados en casa.

Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Una casa de Zaragoza apta para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Home Exchange
Una casa de Zaragoza habilitada para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Una casa de Zaragoza habilitada para intercambio en la plataforma Home Exchange.
Home Exchange

Todo lo demás funciona igual que cualquier web de alojamientos como Booking. Cada hogar que se oferta tiene una serie de valoraciones y comentarios, y una breve descripción para que los invitados sepan qué se van a encontrar. "Una cuarta planta en el corazón de la ciudad. Tres dormitorios, un baño, una cocina, un salón y unas impresionantes vistas al río Ebro. También tiene piano eléctrico", se puede leer en el anuncio de un piso intercambiable en Zaragoza. Además, cabe la posibilidad de buscar un hogar adaptado a todo tipo de condiciones: para familias con niños, apto para mascotas... Los clientes prefieren este tipo de alojamiento a los hoteles ya que las casas vienen equipadas con todo.

"Además, existe un sistema de garantías. La cancelación es gratuita, mientras que hay un seguro en el que, si se producen daños superiores a 500 euros, se abona toda la cantidad. Si la cantidad es inferior, debe pagarla el invitado", detalla la portavoz de Home Exchange en España. En cuanto a la tipología de clientes, Manrique precisa que algo más de un 40% de ellos son familias con niños pequeños o adolescentes. "Es lógico. Es más cómodo llegar a una casa real y tienes de todo. Si intercambias con una familia que tiene niños, te encontrarás juguetes. A veces se dejan bicicletas, coches... Es una forma muy económica", asegura.

Manrique comenta que "es normal" que los primerizos en experimentar este tipo de turismo "pueda tener cierto temor o miedo a la hora de dejar su casa". "Una vez que entran en contacto con la comunidad ven que es muy respetuosa, de confianza, de hospitalidad y agradecimiento... Al registrarse se regala un paquete de puntos para que los clientes puedan probar a ir una semana a un hogar en Francia, por ejemplo, sin tener que recibir a nadie en su casa", añade. Vamos, que ya no es tan extraño que un californiano entre a una casa de Pedrola para que un pedrolero pueda visitar Culver City, en Los Ángeles, sin preocuparse por buscar un alojamiento adecuado.

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