¿Qué hacía Vetula, una zaragozana de época romana, en el Egipto de principios de nuestra era?

El nombre de Funisulana Vetula, una mujer nacida en Caesar Augusta, aparece en una inscripción de un monumento en Luxor que la relaciona con las más altas esferas de su época.

El nombre de Funisulana Vetula, una mujer nacida en Caesar Augusta, aparece en una inscripción de un monumento en Luxor en el siglo I.
El nombre de Funisulana Vetula, una mujer nacida en Caesar Augusta, aparece en una inscripción de un monumento en Luxor en el siglo I.
Kristina Urresti

Una inscripción del siglo I d.C. hallada en los Colosos de Memnón, en la ciudad egipcia de Luxor, puso a los historiadores sobre la pista de una desconocida mujer llamada Funisulana Vetula, cuyo nombre aparece grabado sobre la rodilla de la pierna izquierda de uno de estas dos estatuas. Lo único que se sabía de ella es que era la esposa del prefecto de Egipto Tetio Africano, quien gobernó ese importante territorio a finales del siglo I. La sorpresa vino cuando se determinó que la hipótesis más probable es que Vetula fuese natural de Caesar Augusta, la Zaragoza romana.

“Sabemos que Vetula existió y que lo hipotético, aunque altamente probable, es que fuese cesaraugustana y hermana del senador, también cesaraugustano, Funisulano Vetoniano”, afirma Francisco Beltrán Lloris, catedrático de Historia Antigua y vicerrector de Internacionalización y Cooperación en la Universidad de Zaragoza, que ha estudiado la figura de esta mujer y publicado un artículo sobre este tema: ‘Una ceesaraugustana en Luxor: el senador Funisulano Vetoniano y su hermana Vetula’.

Pero, ¿cómo se ha llegado a esa conclusión?

La primera de las pistas la aporta la tribu romana a la que pertenecía Vetoniano. En la antigua Roma, cada individuo debía de pertenecer a una de las 35 tribus existentes y ese origen formaba parte de su identidad. Es como si ahora, además de los apellidos, en el DNI se añadiese un cuarto identificador con el origen de cada individuo. 

Así, el nombre completo del senador en cuestión era Lucio Funisulano Vetoniano, Aniense. Es decir, de la tribu Aniense “a la que pertenecían todos los habitantes de Caesar Augusta, la única ciudad hispano romana adscrita a esa tribu”, confirma Beltrán. “La mera pertenencia de un individuo a la Aniense, no asegura su procedencia de Caesar Augusta, ni siquiera de Hispania. Sin embargo, en otros casos su origen cesaraugustano es altamente probable por no decir seguro”, continua el historiador.

"El apellido Funisulano ha sido localizado en Caesar Augusta y era habitual que las familias compartiesen nombres con la misma raíz"

La segunda de las pistas que ahonda en esta teoría es “el apellido -nomen- Funisulano, que es inhabitual en Roma”, dice Beltrán. De hecho, “son pocos los testimonios epigráficos que lo atestiguan. Esta circunstancia confiere particular relevancia a la coincidencia onomástica porque sí ha sido localizado en Zaragoza entre algunos magistrados en las fechas iniciales de la colonia, entre el 31 y 37 d. C.”, señala. 

“Sabemos de la existencia de dos magistrados que lo llevaban y que, además, tenían unos nombres personales -cognomen- que comenzaban con la misma raíz ‘Vet’ de Vetula y Vetoniano, como Vetiaco, algo habitual entre los miembros de la misma familia que compartían nombres en torno a una misma raíz común”, explica el catedrático.

"Hay muchos datos que apuntan a que Fusiliano Vetoniano fuese Natural de Caesar Augusta y hermano de Vetula"

Así, “hay muchos datos que apuntan a que Funisulano Vetoniano fuese natural de Caesar Augusta y que tuviese un parentesco estrecho con los magistrados que llevaban su mismo apellido. El primero podría muy bien ser su abuelo y el segundo, su padre”, continúa Beltrán en su análisis. “Vetoniano sería pues descendiente de uno de los veteranos asentados en Caesar Augusta por Augusto, nieto e hijo de magistrados municipales y exponente de los influyentes senadores de origen hispano promovidos bajo los Flavios”, enumera.

Vetula, esposa del prefecto de Egipto

Y en medio de esta vorágine de nombres y procedencias, a miles de kilómetros de Zaragoza, aparece el nombre de Fusilana Vetula en una inscripción del año 82 d. C. sobre la escultura de uno de los Colosos de Memnóm, en Egipto: ‘Funisulana Vettulla, C(aii) Tetti(i) Africani praef(ecti) Ayg(ypti) (sic) uxor, audi Memnonem pr(idie) Id(us) Febr(uarias) hora (prima et dimidia) anno I Imp(eratoris) Domitiani Aug(usti), cum iam tertio uenissem.’.

Es decir: ‘(Yo), Funisulana Vetula, esposa del prefecto de Egipto, Gayo Tetio Africano, escuché a Memnón la víspera de los idus de febrero -12 de febrero-, a la una y media -7.30h-, en el primer año del emperador Domiciano Augusto -82-, durante mi tercera visita”.

“Ese nombre tan inhabitual, del que hemos estado hablando, aparece en la misma cronología que el del senador pero en un documento epigráfico en Luxor”, indica Beltrán. “Es una mujer con el mismo apellido y con un nombre muy parecido que comienza por la misma raíz, por lo que debe de pertenecer a la misma familia y ser parientes muy próximos, como por ejemplo, un hermano”, insiste.

La señora en cuestión no es ninguna ciudadana corriente sino que es la mujer del hombre que gobernaba Egipto, un territorio que dependía directamente del emperador, por lo que su cuidado debía de asignarse a una persona de total confianza. Así pues, Vetula pertenecía a las élites del imperio romano de su época, tendría unos 40 años, estaba casada con un hombre poderoso, tenía un hermano senador que había sido cónsul cuatro años antes y por todo ello debió de haber gozado de gran influencia y riqueza. 

Un crucero en época romana

Su paso por Luxor, de hecho, no pudo ser más que un viaje de placer. Un recorrido en crucero a lo largo del Nilo, destino turístico de la época, reservado a los más ricos y poderosos -puesto que su residencia estaba en Alejandría, y Luxor se encuentra a más de 800 kilómetros-. 

En esos viajes de lujo “se hacían espectáculos, se visitaban las pirámides y una de las paradas era para ver de cerca los Colosos de Memnón, que se habían convertido en una atracción por emitir, en ocasiones, a primera hora del día, un extraño sonido metálico, que llevó a griegos y romanos a identificarlo con Memnón, el héroe homérico muerto por Aquiles e hijo de la Aurora, a la que saludaría con ese quejumbroso sonido cuando los rayos de su madre le calentaban al amanecer”, explica el catedrático.

“Era todo un espectáculo, portento maravilloso y muy pocos privilegiados tenían el dinero para viajar y presenciarlo”. Ese fue el caso de Vetula y quiso dejar constancia de su hazaña mediante un cuidado grabado, no a modo de grafiti, sino elaborado por un profesional, para dar fe a las generaciones venideras de que una zaragozana del siglo I estuvo allí y de que fue testigo del lamento del héroe.

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