Aurora Bascuas: "Un villancico es esencia pura de la Navidad"

¿Qué es Cantal?
Una asociación familiar y cristiana que realiza actividades de ocio, tiempo libre o solidarias para niñas y adolescentes. La sede está en la calle de Canfranc, de Zaragoza, en el número 9.

¿También ayuda con los estudios?
Todas las tardes. Y, los viernes, para las niñas más pequeñas se organizan actividades acordes con su edad, como manualidades; para las más mayores hay más variedad: visitas a museos y monumentos, actividades solidarias o relacionadas con la ciencia y la tecnología... También se organizan actividades de convivencia: campamentos urbanos y de verano, y cursos de esquí. En el último puente festivo se programó una excursión a Toledo. Todas las actividades tienen, en su trasfondo, algún valor humano. 

Y el nombre, Cantal, ¿de dónde viene?
De las pequeñas piedras que hay en las riberas de los ríos, los cantos rodados, que van tomando forma con lo que reciben. También hay alguna advocación de la Virgen tanto en el Pirineo como en Oliete, Teruel. 

¿Cuántas niñas asisten a las actividades de Cantal?
Entre 50 y 70.

Y a los padres, ¿qué les ofrece?
Nos da cobertura para trabajar en la formación de nuestros hijos y nos ayuda a despejar las dudas sobre los problemas que les afectan. Los padres necesitamos cada vez más apoyos. No es fácil encontrar ocio saludable, con valores y solidario para nuestros hijos. 

Y organizan una actividad que ya es tradicional en la Navidad zaragozana, el concurso de villancicos para coros escolares que está a punto de cumplir 30 años. Se celebra este domingo en el Auditorio de Zaragoza y las entradas están agotadas desde hace días.
Es una actividad aparte de las que organizamos tradicionalmente en el club, pero nos encargamos de todo, desde conseguir regalos para todos los participantes hasta de la decoración de la sala Mozart. Intentamos estar pendientes de todos los detalles, y por eso muchos colegios repiten, porque se sienten acompañados en todo momento. 

¿Qué es un villancico?
Esencia pura de la Navidad, una canción que encarna el verdadero sentido de estos días. Algo que mueve corazones, que te conmueve por dentro y te anima a celebrar el nacimiento de Jesús.  

Todo el mundo se sabe de memoria cuatro o cinco villancicos. Pero parece que no hay más. 
¡Qué va! Existe una enorme variedad. Hay algunos muy actuales, y eso se puede comprobar en cada edición del concurso, porque los directores buscan sorprender al público y lograr su complicidad, y cambian letras o melodías para darles un nuevo aire. También los hay con música actual, flamencos...

¿El concurso Cantal es solo para coros de colegios privados o concertados? 
En absoluto, está abierto a todos los centros educativos. Participan colegios públicos, que han ganado el concurso cuando el jurado así lo ha considerado. Lanzamos la convocatoria cada año en junio, antes de que acabe el curso, para que los coros empiecen a prepararlo. El único requisito que ponemos es que nos faciliten un vídeo con el villancico y la letra al hacer la inscripción. Pero es más que nada para evitar repeticiones. 

Para que el concurso en sí mismo sea un espectáculo. 
Claro. Este año participan 12 coros, a los que hay que añadir, fuera de concurso, los coros Sintonía y Cantal, que nos acompañan todos los años, y los Infanticos, que actuarán por vez primera. Cantarán cerca de 700 niños. 

¿Existe mucha competencia?
Lo que hay es mucho nivel, porque tanto ellos como sus profesores se lo toman todo muy en serio. La mañana del concurso hacemos un ensayo previo porque, lógicamente, se trata de dar un buen espectáculo por la tarde. En ese ensayo se escuchan los villancicos pero cada coro se reserva alguna sorpresa que ha preparado y que solo desvela en la actuación final. 

En el concurso organizan una rifa. 
Con lo que se recauda hacemos desayunos solidarios y los repartimos el 23 de diciembre entre la gente sin hogar o con necesidad.