¿Podemos hacer balance ya de la temporada de setas en Aragón?No se puede generalizar porque no llueve igual en todos los sitios. En Daroca la temporada empezó a primeros de octubre, pero aquí, en Orcajo, por ejemplo, estamos empezando a coger setas ahora. Ya celebramos las jornadas micológicas el pasado 18 de noviembre y, en Mainar, el 25. Hemos visto alguna especie interesante, como las amanitas faloides.

¿Por qué son interesantes?Es de las setas más mortales que hay, se debe controlar bien para que la gente pueda huir de ella. 

¿Cuándo está previsto que concluya el periodo de recolección?Va retrasado, porque el cambio climático y las escasas lluvias están afectando. También la llegada de las grullas, que marca el inicio del otoño, está siendo con un mes de retraso. Generalmente, a finales de septiembre ya se podía empezar a recolectar de forma paulatina hasta mitad de noviembre o primeros de diciembre. Este año, en cambio, por el retraso, están saliendo todas las especies a la vez, porque la naturaleza es sabia y sabe que el frío llegará enseguida.

Entonces, ¿el cambio climático perjudica a la temporada de setas en la Comunidad?Indudablemente. La escasez de lluvias es una mala noticia. Aparecen más especies e hibridaciones que hacen que la micología evolucione a pasos agigantados.

¿Hay más factores que es preciso tener en cuenta aparte de la climatología?Sí, el tipo de tierra, su grado de acidez. Hay especies como la ‘Amanita rubescens’ o la ‘Amanita muscaria’ que son más típicas de zonas calizas. También hay que tener en cuenta las especies vegetales que crecen en el entorno.

Habrá quien siga recolectando mal, ¿no?Hemos insistido mucho y cada vez la gente está más concienciada. Si se remueve la tierra y destrozamos el micelio, cuesta más que vuelvan a salir las setas.

¿Qué variedades son las reinas?En cuanto a gastronomía, las ‘Amanitas caesareas’, el ‘Boletus edulis’, el ‘Aereus’ o el ‘Aestivalis’. Estas últimas son las primeras en aparecer, pero este año solo las hemos visto en primavera. Aunque la reina de todas es la trufa.

¿Y el rebollón?Es la más popular en Aragón. Hay quien dice que es mediocre desde el punto de vista culinario, pero a la plancha con aceite y ajo está deliciosa.

¿Qué territorios o comarcas son los más seteros de Aragón?En Teruel está Albarracín, Gúdar-Javalambre y Maestrazgo. En Zaragoza, el Moncayo, el Parque Micológico de Orcajo, que estamos ampliando desde Micoaragón a zonas limítrofes, y las altas Cinco Villas. Loarre y Ayerbe en Huesca también están en proceso para delimitarse como zona micológica, igual que la Ribagorza y la Jacetania.

Es usted alcalde Orcajo y uno de los que participó en la fundación de Micoaragón, ¿qué fue antes, la política o las setas?Con las setas llevo desde los 15 años. He sido autodidacta y enseguida me puse en contacto con asociaciones micológicas. La política fue después, en la Universidad.

¿Por qué era necesario crear Micoaragón?Había que luchar para que el sector avanzara a nivel didáctico y ecológico, para preservar y controlar las producciones, el propio comercio de setas y cómo ponerlo en conocimiento de la gente.

¿Cuándo empezó a ponerse de moda ir a coger setas en la Comunidad?Hace unos quince años años empezó a popularizarse, con asociaciones como la de El Pinsapar de Orcajo, la de San Martín del Moncayo y Caesaraugusta. Son las que han impulsado esta afición.

¿Funciona el micoturismo?Por supuesto. El potencial cultural es enorme. Si se organizan jornadas se aprovecha, además, para enseñar el rico patrimonio de la zona y comer en restaurantes que ofrezcan platos con setas.