contraportada
Eduardo Satué: "La salud pública ha sido invisible, pero siempre ha estado ahí"
Este farmacéutico en Maella (Zaragoza, 1973) es el nuevo presidente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas).
Nunca se había hablado tanto de salud pública como durante la crisis sanitaria por la covid.
Cuando se habla de salud pública es que algo no va bien. Generalmente es invisible, aunque siempre ha estado ahí.
Y ahora surge la contaminación del agua de Tarazona.
Este es un problema de salud pública clásico, en este caso por un microorganismo.
¿La farmacia tiene mucho que decir al hablar de salud?
Tanto los centros de salud como las farmacias tenemos un papel relevante en la salud comunitaria. Que el paciente cada vez esté más empoderado de la salud.
Tanto que un farmacéutico está ahora al frente de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria.
Me viene tanto por la parte de farmacéutico comunitario como de farmacéutico de Administración Sanitaria de la DGA en excedencia.
¿Estamos preparados para anticipar futuras crisis sanitarias?
A medias. Tenemos cada vez retos mayores, provocados por el envejecimiento de la población y el aumento de la morbilidad y por el cambio climático, que va a afectar más a la gente, sobre todo a los que menos recursos tienen.
Son muchas las amenazas que se ciernen sobre la salud pública.
En un mundo cada vez más conectado hemos visto cómo se extendió la pandemia. Nos tiene que hacer ser más precavidos con las enfermedades emergentes, como las tropicales. Esto es un reto, pero también las olas de calor, el aumento del nivel del mar, la invasión de otras especies...
No es un panorama alentador.
Cada época tiene sus retos, lo que nos hace responsables es cómo los afrontamos. Tenemos la agenda 2030 de la ONU y debemos llevarla a cabo.
¿Llegarán nuevas emergencias?
Sin duda.
Se anunció la futura Agencia Estatal de Salud Pública. Aragón optaba a albergar la sede. ¿Tiene noticias sobre ella?
No podemos obviar que con un gobierno en funciones todo se paraliza. Con la nueva legislatura tendremos que volver a la casilla de salida, aunque técnicamente se ha avanzado.
Epidemiología fue otra palabra que llegó con la pandemia. Y es esencial para la salud pública.
No solo es el estudio de las epidemias, sino también cómo respondemos a esas epidemias, qué decisiones tomamos, qué controles podemos llevar a cabo. Necesitamos muchos más recursos humanos y materiales para poder hacer bien este trabajo. Pensemos que la salud pública solo tiene entre el 1% y el 2% del presupuesto de Sanidad. Es muy poco.
¿Hay que trabajar en la prevención de la enfermedad antes que en la curación?
Van de la mano. La salud pública siempre es partidaria de que más vale prevenir que curar. La potabilización del agua y las vacunas han hecho más por la salud de las personas que todos los quirófanos del mundo juntos. Esto es muy importante. Pero ambas son muy necesarias.
¿El modelo de la Atención Primaria se ha quedado obsoleto?
En lo fundamental, no. Es un sistema de acceso universal y descentralizado, que nos permite llegar a los últimos rincones. Lo que tenemos que hacer es reforzarlo. Se está erosionando gravemente por muchos factores, por la sostenibilidad, la falta de prestigio, la sobrecarga de trabajo o la burocratización del trabajo, por ejemplo del médico de Familia.
La sociedad científica que preside implica múltiples ámbitos.
La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) pretende contribuir a la mejora de la salud y de los servicios de atención sanitaria de la población en España. Agrupa a casi 4.000 profesionales que pertenecen a distintos colectivos, y que se mueven en la salud pública. Es apasionante e invito a los jóvenes con inquietudes a plantearse esta carrera que cada vez va a ser más decisiva.
