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Las familias en la jura de bandera: "Nunca había pensado llegar a vivir un momento único como este"
Los familiares compartieron con los cadetes una jornada que marca el compromiso más importante de su carrera militar.
"Aunque es muy rápida, la jura de bandera resulta muy emocionante. Ha sido precioso y ha estado muy bien organizado todo". Marta de Rosendo, novia de uno de los cadetes que juró ante la bandera, se desplazó desde Madrid para asistir a la ceremonia. "Primero hemos estado dentro, en las ventanas, pero como quedaba sitio hemos podido bajar", explicó mientras esperaba que empezara el desfile final en el exterior del Patio de Armas. A pocos metros de la tribuna que presidían los Reyes, aseguró que la Princesa "parece que es una más y está cumpliendo muy bien su papel".
Tras casi dos horas de ceremonia, en cuanto se despidió la bandera con los honores reglamentarios, llegó el momento del reencuentro de los cadetes con sus familias, los abrazos, las enhorabuenas, las fotografías y hasta las lágrimas.
"Estoy muy orgullosa de que los niños con esta edad tengan tan clara su vocación militar", comentó Paloma Montoya, que se desplazó con los suyos desde Almería para compartir esta jornada con su hijo de 18 años. "Nunca había pensado llegar a vivir un momento único como este, ha sido inolvidable", aseguró camino del comedor en el que se sirvió un cóctel.
"Está siendo duro, por supuesto, pero muy gratificante para él, le gusta. Este viernes (en la ofrenda de flores ante la Virgen del Pilar) lo vi superilusionado y eso es lo más importante", añadió. Acerca de la presencia de Leonor en estos dos primeros meses del curso aseguró que "es una más dentro del grupo".
"Estuvimos en el acto de entrega de sables hace menos de un mes, pero este ha sido mucho más conmovedor y vistoso", comentó Isabel Luján, de Albacete. Su hijo estudió Derecho y Administración y Dirección de Empresas y no imaginaba que iba a elegir la vida militar. "Nos sorprendió su decisión, pero estoy encantada y me ha descubierto un mundo nuevo", concluyó. También le ha permitido conocer "algo" de Zaragoza.
A las 14.15 todo el mundo buscaba la sombra y los abanicos se convirtieron en el mejor complemento. Un carro de combate que se expone al aire libre cerca del antiguo casino de alumnos, ahora comedor de cadetes, que acogió el acto social de esta jura de bandera, se convirtió en el marco de muchas de las instantáneas.
Fue el fondo que eligió María Teresa Torres para inmortalizar este día junto a su sobrino. "La vida militar siempre me ha gustado, mi marido fue legionario y mi hijo es paracaidista. Los valores militares siempre han estado presentes en mi hogar", explicó después de una sesión fotográfica de recuerdo.
Las familias compartieron así con los cadetes una jornada muy especial que marca el compromiso más importante de su carrera militar.
