Aragoneses de vacaciones y 'en apuros': "Estábamos en la playa y nos caían cenizas del incendio"

Los incendios en Italia o los tifones de Asia han trastocado los planes de más de uno.

Alba Rubio, Sara Zarzuelo y la pareja, Iñigo González y Giulia Pernaci.
Alba Rubio, Sara Zarzuelo y la pareja, Iñigo González y Giulia Pernaci.
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Incendios, inundaciones, tifones, olas de calor extremas... La mayoría de fenómenos de la naturaleza son imprevisibles. Y más todavía cuando se reservan vuelos y alojamientos con meses de antelación. Este verano, los incendios han azotado el sur de Italia y el centro de Grecia. Las inundaciones han sembrado el pánico en Eslovenia. Los tifones han sorprendido a turistas -a pesar de que sean habituales en esta fechas- en Asia y Centro América. Y las olas de calor extremo han afectado a decenas de países.

Alba Rubio: "No he pasado tanto calor en mi vida"

Alba Rubio, zaragozana de 26 años, durante el viaje a Italia. En la foto se puede observar el humo que desprendía el incendio que tenían próximo.
Alba Rubio, zaragozana de 26 años, durante el viaje a Italia. En la foto se puede observar el humo que desprendía el incendio que tenían próximo.
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Alba Rubio, zaragozana de 26 años, sufrió en primera persona los incendios en Sicilia, destino que escogió para pasar unos días en familia a finales de julio. "Como había tantos incendios en el sur de Italia, había muchos problemas en los aeropuerto de Catania y Palermo. Nosotros viajamos un día antes porque nos informaron desde la compañía que se iba a retrasar nuestro avión y nos ofrecieron la posibilidad de cambiarlo", explica la joven. 

Su cuñada, italiana, tuvo también dificultades con sus billetes. "Ella viajaba desde Milán. Le desplazaron el vuelo a otro aeropuerto y se lo retrasaron muchas horas", subraya. 

Ya todos en Sicilia, explica, comenzaban las vacaciones en familia, en plena ola de calor, con temperaturas extremas. "No he pasado tanto calor en mi vida. Hacía 48 grados y era imposible estar en la calle y hacer turismo de ciudad. Estábamos todo el rato buscando bares para entrar y refrescarnos, aunque no funcionaban bien los aires acondicionados. Había hasta cortes de luz por los incendios", cuenta. Los hosteleros, asegura, "tenían miedo de irse a casa porque al irse la luz, perdían todo lo que tenían en los congeladores".

"Desde el Etna allí se veían varios focos de incendios..."

Uno de los días tenían planificado ir a ver Taormina y a Siracusa, pero se vieron obligados a tomar otra ruta. "La carretera, que era una autovía, estaba cortada por uno de los incendios y tuvimos que hacer otros planes. Fuimos a Castellammare. Allí nos bañamos en el mar y se veían hidroaviones cogiendo agua al lado nuestro continuamente. El incendio estaba al lado. Veíamos el humo, olía a quemado y nos caían cenizas", relata.

Al día siguiente, subieron al Etna, un volcán activo de más de 3.300 metro de altura. "Desde allí se veían varios focos de incendios...", recuerda. 

"Había hasta cortes de luz por los incendios"

Pasados unos días, el calor comenzó a remitir, aunque los incendios seguían causando problemas en los aeropuertos. "Me llegó un mensaje de la compañía con la que tenía contratado el vuelo de vuelta. Decía: 'Es posible que tu vuelo vaya lleno. Por eso estamos buscando voluntarios dispuestos a ser reubicados en otro vuelo, en caso de que fuera necesario, a cambio de un descuento de 250 euros por persona para utilizar en su próxima reserva'", explica al joven, que finalmente tuvo que regresar ya que tenía que incorporarse al trabajo. 

Sara Zarzuelo: "Comprar un vuelo en Filipinas siempre es una aventura"

Sara Zarzuelo en  el Canopy walk del parque nacional Taman Negara (Malasia)
Sara Zarzuelo en el Canopy walk del parque nacional Taman Negara (Malasia)
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La joven de 26 años Sara Zarzuelo, becaria en la oficina económica y comercial de la embajada de España en Manila, vive en Filipinas desde enero -regresará a Zaragoza a final de año-. Aprovechando su estancia en Asia, la zaragozana suele viajar a otros puntos del continente para conocer otras culturas, países y rincones. 

"Comprar un vuelo en Filipinas siempre es una aventura. En el tiempo que llevo viajando aquí, he llegado a la conclusión de que realmente no hay grandes diferencias entre las aerolíneas 'low cost' y las más 'premium' en lo que se refiere a cancelaciones, retrasos o cambios de horario. Pero si a esto le sumas el factor tifón, la historia se vuelve mucho más divertida...", bromea la joven.

"Comprar un vuelo en Filipinas siempre es una aventura"

Realmente, subraya, "hasta que no vives una época de lluvias intensas en el Sudeste Asiático, no entiendes lo que es que llueva todo el día. Y cuando digo todo el día, me refiero a las 24 horas del día. La magnitud es tal que, a principios de este agosto, las lluvias causadas por el tifón fueron tan intensas que incluso las escuelas se vieron obligadas a suspender las clases". 

Para viajar a los principales destinos turísticos, especifica, "la mayor parte de las veces, te ves obligado a pasar por Manila". "La capital filipina puede llegar a ser caótica e incluso abrumadora en algunos momentos. Las rutas se ven alteradas por carreteras inundadas y atascos infinitos. Una vez superados todos los obstáculos y ya en el aeropuerto, aún no está todo hecho: queda esperar que tu vuelo no se retrase (en exceso)", comenta. 

"Hasta que no vives una época de lluvias intensas en el Sudeste Asiático, no entiendes lo que es que llueva todo el día"

"En los seis vuelos que llevo cogidos con origen o destino Manila durante las tres últimas semanas (en plena época de tifones), he tenido la suerte de no sufrir ninguna cancelación. Ahora bien, de los retrasos no me he librado...", confirma.

En Kuala Lumpur, esta joven zaragozana tuvo que rehacer los planes debido al tifón. "Dejamos de visitar Little India y fuimos a Pavillion, que es un centro comercial. Llovía tanto que tuvimos que hacer desplazamiento puerta a puerta con taxi y prescindir de atracciones turísticas que eran abiertas", lamenta.

Iñigo González: "Cerraron el aeropuerto desde el que volaba"

Iñigo González y Giulia Pernaci, durante sus vacaciones.
Iñigo González y Giulia Pernaci, durante sus vacaciones.
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El incendio en Italia también trastocó los planes de Iñigo González oscense de 38 años, y su novia italiana Giulia Pernaci. Mantienen una relación a distancia y a finales de julio se encontraron en Catania. Las vacaciones transcurrieron con normalidad y fue el último día, antes de coger el vuelo de vuelta a casa -Iñigo a Pamplona y Giulia a Chieti- cuando se enteraron por la televisión del incendio

"Tuvieron que desalojar el aeropuerto el día 17 de julio y nos enteramos por las noticias que cerraban hasta el día 19. Nosotros teníamos el vuelo el día 18. Fue una incertidumbre tremenda y las compañías no sabían informarnos", sostiene.

"No sabíamos si llegaríamos al vuelo"

Finalmente, a Iñigo le derivaron a otro aeropuerto y el "único problema allí fue un retraso de una hora". Peor parada salió su pareja. "Cinco horas antes del vuelo le informaron de que había sido cancelado sin ninguna opción", lamenta.

Giulia compró otro vuelo y llegó al destino en el día que tenía pensado desde otro aeropuerto. "El problema cuando pasa todo esto es que tienes que acudir a la zona de facturación para cambiar los billetes. Allí nos encontramos con una fila inmensa. Todo el mundo con el mismo problema. No sabíamos si llegaríamos al vuelo o si nos esperaría", relata. Finalmente, ambos pudieron llegar a sus ciudades. 

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