Animales
Envenenamientos de mascotas: “Me metieron el matarratas dentro de casa por la gatera”
Algunos vecinos de Lledó, en el Matarraña, denuncian que “hay alguien en el pueblo que se dedica a envenenar a los animales”. Desde el pasado mes de abril han fallecido una veintena.
Desde hace un par de años, algunos vecinos de Lledó, una pequeña localidad de la comarca del Matarraña de apenas 200 habitantes, viven con temor de lo que les pueda pasar a sus mascotas, pero este verano, la situación se ha agravado.
“Cada cierto tiempo aparecen gatos muertos por la calle. No son gatos callejeros, tienen dueño y llevan su chip identificador, pero como es un pueblo pequeño, los animales salen y entran de las casas cuando quieren y es en esos paseos cuando estamos detectando que podrían comer algún cebo envenenado”, explica Teresa Mompó, una de las vecinas afectadas, que refiere que durante este tiempo cuatro de sus gatos han muerto con síntomas compatibles con el envenenamiento.
Como ella, otros vecinos que prefieren no dar su nombre "por miedo", refieren experiencias similares. Gatos y perros que salen a la calle y vuelven a casa con falta de equilibrio, espasmos, convulsiones y vómitos, y que acaban muriendo sin saber la causa exacta.
Sin embargo, en los corros y en los grupos de Whatsapp de los vecinos sobrevuela una idea en la que todos coinciden: sus animales han sido envenenados. No pueden probarlo y no saben quién es el culpable, pero tienen la certeza de que “hay alguien en el pueblo que se dedica a envenenar a sus mascotas”.
El veneno, dentro de casa
El pasado 31 de julio algo cambió. Cuando Teresa Mompón se levantó por la mañana vio, dentro de su casa, junto a la gatera de la puerta, una pastilla de color negro que, en un principio no supo identificar.
“Pensé que podía ser un excremento, pero al recogerlo y partirlo me dio mala espina y me fui a Gandesa, a una tienda especializada, busqué matarratas y lo encontré. Era el mismo producto: Alfacloralosa, un veneno en cebo para matar roedores”, explica Mompón.
“Metieron el veneno en mi casa por la gatera con el objetivo de envenenar a mis dos gatas y a mi perrita”, asegura esta afectada. “Es algo muy grave. Imagínate que lo hubiese ingerido un niño”, advierte.
Ante esta situación, esta vecina interpuso una denuncia ante la Guardia Civil de Calaceite que está investigando el caso de manera conjunta con el Seprona de Teruel y “haciendo las gestiones necesarias en el municipio”, informan.
Una veintena de animales muertos en 4 meses
Su hermana Amparo Mompó es veterinaria y veranea también en Lledó. “Siempre llevo un maletín de urgencia en el maletero del coche y en ocasiones algunas vecinas me han traído a sus gatos para que los atienda con signos de intoxicación compatible con envenenamiento”, afirma la veterinaria.
“He hecho incluso dos necropsias y en ellas había contenido de raticida, pero los vecinos no quieren denunciar porque es un pueblo pequeño y no se quieren poner a mal con el resto de habitantes”, lamenta. “Desde el pasado mes de abril ya han fallecido una veintena de animales en estas circunstancias, la mayoría son gatos pero también ha habido algún perro”, continua.
“Ahora han dado un paso más y están introduciendo el veneno dentro de las casas, como le ha pasado a mi hermana y a otro vecino, que nos ha contado que cree que su perro también fue envenenado hace dos semanas y que le tuvieron que meter el veneno dentro del jardín porque el animal no sale nunca”, añade la veterinaria. “Esto es un peligro grave porque si ese veneno se lo come un niño, se muere”, avisa.
“Es muy grave que alguien ponga veneno dentro de un domicilio. ¿Cuánto más van a hacer con esa obsesión de matar gatos?”, se pregunta Ana, nombre ficticio de otra vecina afectada, que prefiere no dar sus datos y que también perdió un gato en circunstancias similares hace dos años.
“Este tipo de venenos, metidos en comida y depositados en la calle o introducidos en una vivienda, son un riesgo para cualquier animal pero también para los humanos porque un niño pequeño podría comérselo”, matiza. “Ahora tengo un perro y no le dejo salir de casa, me da pánico que vaya por la calle”, afirma esta afectada.
“Hemos puesto carteles por el pueblo avisando de lo que está pasando, de que hay alguien envenenando a los animales, pero nos los han quitado”, señala Mompón.
La alcaldesa de Lledó, María Teresa Crivillé, por su parte, asegura que desconoce que se estén produciendo estos hechos, aunque “sí que tenemos constancia de la denuncia que ha efectuado esta vecina. Ha hecho lo que tenía que hacer porque si alguien le ha metido veneno por la gatera hay que denunciarlo”, asevera Crivillé.
Consejos ante sospecha de envenenamiento
Ante cualquier caso en el que se sospeche que ha habido un envenenamiento de un animal, la Guardia Civil aconseja evitar el contacto físico con él por si se tratase de algún tipo de enfermedad contagiosa, y si el contacto es inevitable, se recomienda el uso de guantes.
También se puede trasladar al animal a un centro veterinario manteniendo el mínimo contacto físico y constatar si tiene alguna secreción bucal o anal que son indicios de que su salud se ha visto afectada.
