Aragón en fiestas: un adiós y mucha jota en el gran día de Alquézar

Los vecinos aprovechan las fiestas en honor a San Hipólito para rendir homenaje a José María Cabrero, el párroco que lleva 46 años atendiendo la zona

La alcaldesa y el ex alcalde, junto al presidente de la Comarca en el homenaje a José María Cabrero
La alcaldesa y el ex alcalde, junto al presidente de la Comarca en el homenaje a José María Cabrero
J. L. P.

Alquézar celebra estos días sus fiestas mayores en honor a San Hipólito y, en este marco incomparable, homenajeó al que ha sido durante 46 años su párroco: José María Cabrero. Al igual que ocurrió el pasado 28 de julio cuando el cura recibió un baño de masas en la presentación de su libro, escrito por José Antonio Adell, ayer la joya turística del Somontano se volvió a quedar pequeña.

«Esto no es ni un adiós ni una despedida porque Cabrero sabe que siempre tendrá su casa en Alquézar», señaló la alcaldesa de la villa medieval, Ana Blasco, al que ha sido párroco de la localidad –además de una veintena de parroquias de la sierra de Guara, entre el Somontano y el Sobrarbe– durante casi medio siglo. Fue el acto más significativo de una jornada que comenzó con la misa baturra, con Aires Monegrinos, en la Colegiata de Alquézar, y la posterior romería hasta la ermita de San Hipólito, acompañados por la charanga Joven Mafia.

Ante una gran multitud de vecinos, en el crucero de la plaza del frontón, la alcaldesa y su antecesor, Mariano Altemir, elogiaron, por enésima vez, el papel crucial que ha desempeñado este cura de Siétamo que a partir de ahora se incorpora a la parroquia de San Francisco de Asís de Huesca, por decisión del obispo Julián Ruiz. Un cambio que no ha gustado a muchos.

Cabrero se lleva como regalo una réplica de la Colegiata, que tanto ha mimado y ha ayudado con sus manos a restaurar, un olivo bonsai de la variedad alquezrana, una placa y, además, el Ayuntamiento ha dejado un cofre en el establecimiento Casa Chapa para que todo aquel vecino que quiera pueda dejar un mensaje para este cura que se ha ganado el afecto de creyentes y no creyentes. 

«Sembrando día a día, siendo generoso y bondadoso abrió el corazón de nuestras familias. He tenido la gran fortuna de compartir 32 años con el que considero mi hermano mayor: rehabilitó tanto patrimonio y lo hizo siendo humilde y siempre estando al lado del necesitado. Su pastoral ha trascendido a lo social», subrayó Altemir.

Visiblemente emocionado, Cabrero aseguró que si Alquézar hoy en día es lo que es «es porque durante muchos años todos habéis ido haciendo hasta conseguir esta maravilla». «Si yo hubiera estado en otro pueblo, no sería lo que soy ahora», apuntó.

También acudieron todos los presidentes que ha tenido la Comarca del Somontano: Antonio Cosculluela, Jaime Facerías, Daniel Gracia y el actual Saúl Pérez, que no quiso faltar ya que fue alumno de Cabrero cuando impartía clases de Biología en el colegio Salesianos de Huesca. «Tengo un muy buen recuerdo de él. Es una gran persona», afirmó Pérez.

Tras el homenaje, llegó la hora del vermú para la tercera edad, otro clásico de la jornada. Le siguió la jota de ronda con Paco Lasierra y Javier Badules, acompañados por la rondalla Aires Monegrinos, en la que no faltaron las coplas a mosen Cabrero, quien incluso aparece en las camisetas granates de las fiestas, un recuerdo ideado por la comisión de fiestas. 

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