Yolanda Díaz pide que se vote a Sumar para dar más derechos a Aragón en una coalición progresista

Asegura que no permitirá que se alargue la edad de jubilación y que limitará el precio de los alquileres.

Mitin de Yolanda Díaz en Zaragoza.
Mitin de Yolanda Díaz en Zaragoza.
Toni Galan

Fue una fiesta de la izquierda con sabor aragonés. De las que hacía tiempo que no se veían en Zaragoza. Con formaciones rivales, como CHA, Podemos, IU y ZEC, unidas en torno a Yolanda Díaz, su lideresa. Se entonaron himnos de José Antonio Labordeta, de Ixo Rai, de Amaral..., hasta que con el Motomami de Rosalía la nostalgia se esfumó. Con «capacicos» de paciencia al llegar casi una hora tarde la protagonista, por retrasos en los trenes por las inclemancias meteorológicas. No se quejó ninguno de los 1.180 asistentes que jalearon su intervención. Yolanda Díaz llegó y convenció. Mostró su solidaridad por los afectados de las tormentas en Zaragoza, por unas lluvias torrenciales que van a más por la «emergencia climática». Y respaldó a Jorge Pueyo que busca retener el escaño de la izquierda a la izquierda del PSOE en el Congreso. 

Díaz pidió el voto para Sumar porque valdrá para que Aragón «alcance más derechos». Y porque su partido es la «fuerza imprescindible para que el Gobierno de coalición siga adelante». «En la derecha lo saben», avisó. Y aseguró la ministra de Trabajo que por eso el popular Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, de la «derecha ultramontana», arremeten contra ella y la tildan de «mujer peligrosa». «Les da miedo que sigamos subiendo el Salario Mínimo Interprofesional, que las mujeres salgamos a la calle a defender nuestros derechos. Les da miedo que les digamos a la banca y a las eléctricas que van a pagar impuestos. Y que defendamos la cultura contra la censura», clamó. 

Como mujer, feminista y gallega, hija de trabajadores, pidió a los asistentes que el 23-J acudan a votar con «esperanza» para defender la vida y el futuro. «Si nos roban la esperanza, nos roban el alma», advirtió.

No se libraron de sus críticas los socialistas. A ellos se dirigió al asegurar que Sumar «va a sostener las pensiones y no va a permitir que se alargue la edad de jubilación». Para nadie. Y repasó uno a uno sus logros al frente del Ministerio de Trabajo, destacando, entre ellos, la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la ley de las trabajadoras de la limpieza, la reforma laboral y, sobre todo, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo.

Defendió el derecho a la vivienda, con una ley que «llega tarde y se ha quedado corta», y se comprometió a limitar los precios de los alquileres. La lideresa de Sumar distinguió entre los buenos datos de la macroeconomía y la microeconomía, la que castiga a las familias. Cargó contra quienes dijeron que la inflación subía por los aumentos de los salarios, y culpó de ella a los «márgenes empresariales», sobre los que tienen previsto actuar. Su más dura advertencia la dirigió a las energéticas, a las que avisó de que «los beneficios abusivos se van a acabar» y a la banca. 

Yolanda Díaz reivindicó un Estado del bienestar fuerte, y situó el corazón de esa remodelación en una «enorme reforma fiscal que haga que los que hoy se escaquean paguen a las arcas públicas de nuestro país». Porque los servicios públicos, subrayó, «no pueden depender solo de los trabajadores». Mostró su solidaridad con los autónomos, con los profesores, con el personal sanitario, y reiteró su compromiso de rebajar la jornada laboral sin tocar los salarios. Defendió una España «plural, diversa, rica», entre las muchas cosas que están en juego el próximo 23 de julio. 

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