El día que Marta Fernández, ahora presidenta de las Cortes, pidió que se derogara la ley trans de Aragón

El diario de sesiones de las Cortes de Aragón no es como Twitter, donde una cuenta se puede suspender. Los debates en la Cámara se reproducen negro sobre blanco, con la crudeza y la ironía que aportaron los diputados. Es recomendable cultivar el arte de la prudencia, pues nunca se sabe lo alto que puede llegar un parlamentario raso y en poco tiempo. Eso es precisamente lo que le acaba de ocurrir a Marta Fernández, presidenta de las Cortes en su segunda legislatura en la Cámara. Cuatro años dan para mucho, y en el caso de la diputada de Vox, aún para más. Fue la encargada de defender en diciembre de 2022 en las Cortes una proposición para derogar la Ley 4/2018, de identidad y expresión de género e igualdad social y no discriminación, más conocida como la ley trans de Aragón. 

Su argumentación solo convenció a sus compañeros. Con unanimidad del resto, como se aprobó la norma en las Cortes en la novena legislatura, se rechazó su propuesta de eliminarla. El debate fue tenso. Fernández defendió que la ley trans pone de manifiesto "la alineación del texto con la ideología de género que asumen de manera absoluta". "La ideología de género es un constructo doctrinal que parte de la base de que no hay hombres ni mujeres naturales, sino que somos construcciones sociales, doctrina ideológica, sin ninguna base científica ni fundamento que pretende acabar con la familia". Los derechos, en su opinión, se garantizan en el artículo 14 de la Constitución española. La norma, a su parecer, es "el ataque más grave" que han recibido las mujeres porque la propia condición de mujer "es un capricho".

Las críticas a Vox llegaron de todos los partidos, incluido el PP. La entonces diputada Marian Orós defendió que "la transexualidad es una realidad", y recalcó que los poderes públicos no pueden "mirar para otro lado" cuando "esa realidad existe".

Con la cruzada contra las leyes trans de Vox, que gana cada vez más poder institucional, no es de extrañar que la izquierda aragonesa se vuelque este 28 de junio en el apoyo al colectivo LGTBI. El programa electoral con el que la extrema derecha concurrió al 28-M incluía la derogación de las leyes y la presidenta Fernández denuncia la estrategia de "colectivizar" a la gente, creándoles un problema y aportando después la solución. Vox tumbó la declaración institucional por el día  internacional del colectivo LGTBI en el Ayuntamiento de Zaragoza. En las Cortes llevan cuatro años sin conmemorarlo. La Aljafería se teñirá de arcoíris esta noche. Algo es algo.