Aniversario
"La SAT ayuda a proteger nuestros productos en un mundo globalizado"
Pascual y Diana Elfau son agricultores y socios del Secadero de Cereales Santiago de Grañén, que está de aniversario.
Diana Elfau lleva algo más de una década como agricultora profesional, labrando y sembrando unas tierras que han pasado de generación en generación y que se asientan en las inmediaciones de su localidad natal, Fraella. A una edad temprana, ya disfrutaba acompañando a su padre, Pascual, del que ha heredado la pasión por este oficio.
Aunque es diplomada en Magisterio y ha pasado gran parte de su trayectoria laboral en las aulas, Diana, que tiene tres hijos, buscaba un trabajo con una jornada flexible, que le permitiese disfrutar de una conciliación real, dando prioridad a las necesidades de su familia. También admite que se siente satisfecha de dar continuidad a la saga familiar.
Su padre, Pascual Elfau, lleva toda una vida dedicado al campo. A los 13 años, dejó la escuela y se subió al tractor. En total, suma más de medio siglo ejerciendo de agricultor. Y, de ellos, 30 como socio de la SAT. "Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado", asegura. "Antes, tenía que almacenar la mercancía en casa, buscar comprador y confiar en un adecuado pago. Al hacerme socio, se acabaron las preocupaciones; solo tengo que ir y descargar, ya que ellos se encargan del almacenamiento, gestión y venta. Y, además, me ofrecen un completo asesoramiento técnico, de la siembra a la recogida, tutelando las rotaciones de cultivos o el uso de tratamientos", explica. "También encuentro allí todos los productos que necesito y, además, a un precio competitivo", añade. "La SAT -insiste- ayuda a defender nuestros productos en un mundo globalizado, donde se necesita volumen para ser competitivo y alcanzar determinados mercados».
El agricultor ha sido testigo de la evolución del sector agrario, donde la modernización ha marcado un hito, duplicando las producciones, ahorrando agua y mejorando la calidad de vida de los profesionales. "Se acabó lo de ir a regar por las noches. Ahora, puedes controlar tu explotación desde el móvil", resume. Por su edad, Diana es la más hábil de los dos con las nuevas tecnologías. También la que se encarga del cada vez más complejo papeleo. La joven se incorporó coincidiendo con la modernización de esta zona en 2011. "Aunque lo había visto siempre en casa, necesité de un periodo de aprendizaje", explica. En su opinión, "la modernización y, en general, las nuevas aplicaciones informáticas han incrementado el atractivo del sector". "La flexibilidad de horario y la libertad también han animado a muchas mujeres", concluye.
