Juan Alberto Belloch: "Detener a Roldán fue barato para el Estado y se pagó a un delator"
El exministro y exalcalde de Zaragoza repasa su vida en el libro 'Una vida a larga distancia. Memorias de un juez y político independiente' (Plaza € Janes).
Como ministro de Justicia, la fuga de Roldán le marcó. Cuenta en el libro que “la gente estaba más preocupada por la fuga de Roldán que por el nuevo Código Penal”.Hubo muchas paradojas. Gracias al barullo organizado en torno al GAL se pudo aprobar por unanimidad el Código Penal, estaban despistados con el tema accesorio o policial.
Cuenta que Roldán prometió al entonces ministro de Interior, Antonio Asunción, que “no huiría del país” y luego se la coló. ¿Le engañó o no le quedaba más remedio que fugarse?
Eso me dijo (Antonio) Asunción. Creo, sinceramente, que Roldán fue engañado y estuvo lleno de cosas oscuras. Pero Antonio Asunción (ministro de Interior) se fue no tanto por la huida de Roldán sino por cómo estaba el Ministerio de Interior. Había que barrer muchas cosas y a él le supondría la enemistad del propio Partido Socialista porque se creía que esa política podría perjudicar al socialismo electoralmente. Y para evitarlo, se fue y cometió un error.
En la fuga habla de éxito policial. Asume que tuvieron que acudir a “círculos extralegales e ilegales con la protección y custodia de personas y bienes” que les condujeron a Roldán a través de Francisco Paesa. Pagaron 300 millones de pesetas de fondos reservados a través de Manuel Cobo del Rosal. ¿Era inevitable?
Es el precio de un delator y era lo sustancial.
Y ese dinero le llegó a Paesa…
Evidentemente, el “traidor” es Paesa, que presta un servicio pagado a la Seguridad del Estado.
¿Francisco Paesa era amigo de Luis Roldán cuando él era director general de la Guardia Civil?
Sí.
Cuenta que estuvo escondido en un rancho de Argentina, se le acaban sus fondos y defiende que casi le salvó la vida al detenerlo. ¿Qué peligros le amenazaban?
Era una hipótesis y tenía visos de probabilidad. Los Servicios de Inteligencia tienden a magnificar los problemas… Mucha gente creía que Roldán sabía muchas más cosas de las reales. Su detención era imprescindible.
Escribe que asume la operación de la detención de Roldán como su “única y exclusiva” responsabilidad y que volvería a hacerlo en esas condiciones.
Me parece barato el precio (la detención de Roldán). Poner fin a ese escándalo era un elemento clave para el mantenimiento del prestigio institucional de la Guardia Civil. No es cualquier detalle, sino una de las dos o tres cosas más importantes del patrimonio cultural y político de España. Evitar ese deterioro valía muchísimo dinero. El método empleado era el engaño, sin ninguna duda, y era válido, como dijo el Tribunal Europeo, al aplicárselo a un delincuente. En España había quien me quería procesar por una detención ilegal por haberlo engañado. En España se dijeron muchas tonterías, pero la realidad jurídica se impuso.
