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Jubilación a los 70 años: "Me encontraba bien y me gustaba la Medicina rural. Está claro que si te desilusionas, no sigues"

Tras más de cuatro décadas de trabajo, la mayoría en el medio rural, Andrés Ollero se ha despedido de la consulta de Alagón.

Andrés Ollero, en un banco del céntrico Paseo de la Independencia de Zaragoza.
Andrés Ollero, en un banco del céntrico Paseo de la Independencia de Zaragoza.
Rubén Losada

El zaragozano Andrés Ollero ha sido médico de Familia durante más de cuatro décadas, la mayoría en el ámbito rural. Empezó en agosto de 1978 y se despidió con una guardia de noche el día anterior a su cumpleaños, hace poco más de tres meses, en su último destino, Alagón, donde permaneció 25 años. Antes pasó por Navardún y Ballobar. Decía adiós a una intensa carrera profesional que decidió prolongar hasta los 70 años.

Él ejemplifica la dedicación de los facultativos más allá de la edad de jubilación: "Me encontraba bien de salud y me gustaba la Medicina rural porque, evidentemente, si te desilusionas lo dejas". Tal y como señala: «Hay que mantener siempre el nivel, renovando la formación con cursos, reuniones, lecturas, sin descuidar el aspecto humano y la empatía hacia los pacientes".

La falta de médicos es uno de los motivos, además, que le llevó a tomar año tras año la decisión de seguir en activo: "Es un problema que venimos padeciendo". "Es un trabajo vocacional", reconoce. Aunque entiende que no resulte atractiva, anima a los jóvenes médicos a dedicarse a la Medicina rural, donde "hay que trabajar para cambiar muchas cosas". Sus años de experiencia le permiten tener una visión general de cómo está la Atención Primaria en Aragón. "Habría que modificar el mapa sanitario, que se ha quedado obsoleto, teniendo en cuenta la dispersión que existe en la Comunidad, que dificulta la asistencia. Y también eliminar burocracia".

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