Tercer Milenio

En colaboración con ITA

María Josefa Yzuel: "En investigación todo avanza, si no sigues el ritmo te quedas atrás"

La científica de Jaca, catedrática emérita de Física por la Universidad de Barcelona, disertó en el Ateneo de la EINA de la Universidad de Zaragoza sobre su especialidad: la ciencia de la luz.

La catedrática emérita de Física María Josefa Yzuel, en el Edificio Torres Quevedo de la EINA, en cuyo Ateneo participó el pasado 3 de mayo
La catedrática emérita de Física María Josefa Yzuel, en el Edificio Torres Quevedo de la EINA, en cuyo Ateneo participó el pasado 3 de mayo
Rubén Losada

La científica María Josefa Yzuel (Jaca, 1940) acumula décadas de entrega a la docencia y a la investigación en la especialidad de óptica y fotónica. A sus 82 años, esta relevante catedrática emérita de Física por la Universidad de Barcelona que da nombre al premio que concede la Sociedad Internacional de Óptica y Fotónica sigue siendo Marifí para sus discípulos. Así la sigue llamando el doctor en Física Rafael Navarro, quien fue el encargado de su reciente presentación en el Ateneo de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura (EINA) de la Universidad de Zaragoza. Yzuel disertó sobre su especialidad: la ciencia de la luz. En la distancia corta, ilumina con su  inteligencia, su cercanía y naturalidad.    

PREGUNTA. Preside el Comité Español del Día Internacional de la Luz. ¿Por qué es importante esta celebración? 

RESPUESTA. La ONU y la Unesco declararon el 16 de mayo como Día Internacional de la Luz y de las tecnologías basadas en la luz porque la sociedad desconocía este campo. A través de la óptica, de los láseres, de los sistemas ópticos estamos contribuyendo a avanzar en técnicas como la endoscopia en medicina, la oftalmología, en comunicación con las fibras ópticas, en las cámaras fotográficas...

También en energía…

Claro, las placas fotovoltaicas, el avance en las lámparas... Tiene que avanzar también la electrónica y la informática, y al final se consigue la mejora del bienestar de la humanidad. Esta iniciativa pretendía concienciar a los jóvenes y traer más talento a carreras de ciencias e ingeniería.

¿Y está llegando más talento a estas carreras?

No tengo la estadística, pero en lo que respecta a la mitad del talento de la sociedad, que somos las mujeres, no se ha conseguido: sigue siendo un número bajo el de mujeres que estudian ingeniería o física, por ejemplo.

¿Qué cree que estamos por ver en su campo para mejorar el bienestar de la humanidad?

Una cosa es mejorar lo que ya existe, por ejemplo, la eficiencia luminosa,  lámparas que con menos gasto produzcan la misma luminosidad, placas fotovoltaicas más baratas, que puedan producir electricidad… En endoscopia, últimamente en laparoscopia se está utilizando ya en el Hospital Clínico, en tres dimensiones, o sea que pueden operar con dos cámaras. Pero podría haber campos nuevos: la ciencia básica, por ejemplo, en Estados Unidos el proyecto Oligo, ha permitido medir con láseres las ondas gravitacionales. Esto se predijo teóricamente por Einstein pero no se había llegado a hacer experimentalmente.  

Hay teorías por demostrar...   

Hay partes de la ciencia donde lo que ya tenemos de tecnología mejorada puede permitir comprobar teorías lanzadas, como pasó con el bosón de Higgs, en este caso los aceleradores de partículas. Pero hay experimentos que no se pueden explicar con la teoría existente y hay que buscar nuevas teorías. Estoy convencida de que tanto en la parte básica como en la parte de aplicaciones tenemos mucha tarea por hacer en la física, y en la óptica en concreto. El avance de la fabricación de elementos con robots, con cámaras… de materiales con propiedades ópticas, la micro y nanoelectrónica con la fotónica... Y avances en inteligencia artificial, porque está basada en algoritmos, en robots, y hay una parte que se tiene que apoyar también en instrumentación óptica.

"No me cabe la menor duda de que mis discípulos o sus ‘hijos’ intelectuales aportarán sacarán adelante retos para seguir mejorando el bienestar de la humanidad" 

Con su trayectoria, habrá dirigido muchas tesis doctorales.  

Veinte tesis doctorales.

Alguno de sus discípulos sacará adelante estos retos que contribuirán a mejorar el bienestar de la humanidad. 

No me cabe la menor duda. Quienes he dirigido o sus ‘hijos’ intelectuales. Tanto en la parte básica de investigación como en la aplicada, y luego ya el producto final, hay una cadena de personas que tienen que ir conduciendo estos descubrimientos para lograr al final un producto. Últimamente, en el grupo que fundé en la Autónoma de Barcelona, -que ahora dirige el profesor Juan Campos, también aragonés-, están aplicando imágenes de polarización para determinar estructuras de tejidos biológicos, tanto vegetales, de plantas, para ver otras cualidades de la imagen, poder distinguir la parte enferma de la planta y poder descartar. Y también distinguir tejidos. Ahora es in vitro, pero podrá ser in vivo.

Aplicado a la salud supondrá un gran avance...  

Eso es lo que esperamos, que pueda tener repercusión, claro que lo tienen que decir los médicos. En la Universidad de Zaragoza trabajé con físicos que eran los que empezaban en los hospitales, en este caso en el Clínico, y pude dirigir tres tesis relacionadas con la calidad de la imagen en radiografía y grammagrafía. De eso hace ya 40 años.

Sorprende que una joven en los años 50 del siglo pasado decidiera salir de Jaca a Zaragoza a hacer una carrera como físicas. ¿Qué le llevó a ello?

En Jaca no había instituto e iba a un colegio religioso, Santa Ana, que nos preparó el Bachillerato. Íbamos a examinarnos en los últimos cursos libres a Huesca, al instituto Ramón y Cajal. Pero ya en el preuniversitario vine interna a Zaragoza al colegio Santa Ana. Me gustaban las matemáticas y tuve la suerte de que mis padres no se opusieran. Empecé en la universidad haciendo Matemáticas y Física a la vez. Me incliné por la Física porque tenía más aplicación.

¿Y por qué se decantó por la óptica?

Podía haber hecho la tesis doctoral por física teórica o por óptica. Y en óptica había un grupo bastante potente dirigido por don Justiniano Casas. Hice la tesis con él, quien luego me animó a hacer un posdoctorado con una beca del British Council e ir a Inglaterra. Era el año 1967-68. Yo me apuntaba a las posibilidades que tenía. Creo que eso también es importante.

En Física en Zaragoza tendría pocas compañeras alumnas.

Pues éramos tres chicas de doce, con números pequeños no puedes hacer bien estadística, pero había más representación que ahora. Mis dos compañeras fueron profesoras de instituto y yo fui la que continué en la Universidad.

"En el Ateneo de Londres, en los años 90, la Sociedad Europea de Óptica a la que pertenecía tuvo que organizar una cena en vez de comida porque no se nos permitía entrar a mujeres antes de las 18.30"

¿Se sintió discriminada entonces por ser mujer?

En algunas cosas sí, pero entonces ni siquiera era consciente. No teníamos referencias de mujeres. Es posteriormente cuando he caído en la cuenta. Yo consideraba que si lo hacía un chico, por qué no lo iba a hacer yo. No me echaba atrás. 

¿Y en el Reino Unido? ¿Se sintió discriminada? 

En el grupo que estaba era yo la única mujer. Bueno, la secretaria y yo. (Risas) Y discriminaciones las había. En los años 90, yo era miembro de la ejecutiva de la Sociedad Europea de Óptica. Tuvimos una reunión en Londres y decidieron hacer una cena en el Ateneo, en el Mall. Y nos dicen: “Será cena para que podáis entrar vosotras, porque hasta las 18.30 no pueden entrar mujeres”. Éramos una polaca y yo en ese grupo.  ¡Era ya en los años 90, hace nada! Pues lo tomamos tan natural. Supongo que ahora no tendrán esa norma, pero no lo sé.         

¿Y cómo se adaptó al idioma?

Vengo de una generación en el que el idioma era el francés, pero inglés no sabía. En la carrera tuvimos que hacer un examen de inglés y otro de alemán. Y a la vez que fui con la beca del British Council iba a una escuela de idiomas. Eso me vino bien para perder el miedo a publicar las investigaciones en inglés a nivel internacional, tenías que discutir incluso con los revisores. Por eso salir fuera viene muy bien y siempre se lo recomiendo a los jóvenes. 

Su trayectoria ha sido impresionante. ¿De qué contribución se siente más orgullosa?

He trabajado casi siempre alrededor de la calidad de la imagen óptica, primero en los sistemas ópticos, después en la fotografía, y como dependía de las denominadas aberraciones, fuimos avanzando en filtros que podían mejorar esa imagen. Después cambiamos a un campo que nos dio muchas satisfacciones: el de reconocimiento óptico de caracteres, es decir, convertir una imagen en un formato de texto que pueden leer las máquinas. Hicimos una inclusión de hasta dónde podía la óptica trabajar para este reconocimiento de caracteres. E hicimos montajes ópticos en los laboratorios. Introdujimos una cosa nueva: distinguir unos objetos de otros por la distribución del color.  En Zaragoza hicimos contribuciones importantes en la imagen en Medicina, en gammagrafía y la mamografía. Y el reconocimiento óptico de caracteres nos llevó a usar pantallas de cristal líquido. Mi carrera no ha sido en una dirección, monotemática, sino que ha ido variando… son muchos años.

"¡Que me hicieran hija predilecta de Jaca me llegó al alma!"

¿Qué supone para usted tener un premio internacional que lleva  su nombre?

Hay varias cosas que llevan mi nombre y me enorgullece mucho. Que el profesor sea un investigador y además dirija la tesis al estudiante, y que sea a nivel internacional, es importante. Por eso me gustó mucho este premio, porque la concede la Sociedad Internacional de Óptica y Fotónica, que presidí en 2009, y es una de las que mayor número de miembros tiene. Desde 2018, es el premio SPIE Maria Yzuel Educator Award. Y el Instituto de Ciencias Fotónicas, en Castelldefels, en Cataluña, da unas becas con mi nombre para mujeres que vayan hacer una estancia corta al comienzo de sus carreras, que también es importante para entusiasmarlas. También un edifico en el parque Walqa de Huesca lleva mi nombre.

¿Le enorgullece en especial que la homenajeen en su tierra, como al  director del Centro Nacional de Supercomputación (BSC), Mateo Valero, quien dice que lo que más ilusión le hace es que la escuela de su pueblo, Alfamén, lleve su nombre?

¡Eso me lo ha dicho él! Coincido: ¡Que me hicieran hija predilecta de Jaca  me llegó al alma!   

¿Mantiene contacto con Jaca?

Sí, siempre que puedo. Recientemente estuve en una escuela de infantil de Jaca, y los niños me hacían preguntas… ¡Un encanto! He ido de extremo a extremo: de la escuela infantil a la Universidad de Zaragoza.

Según su trayectoria y su conocimiento ¿de qué adolece la ciencia en España?

Es importante la financiación. Los grupos de investigación españoles han mejorado muchísimo, pero tiene que haber becas para los estudiantes que hacen la beca doctoral, para hacer un posdoctorado, facilidad para que se la den en el país al que van, y que puedan volver. El hecho de que últimamente parece que ha decaído la financiación y las becas es preocupante. Tendría que mejorar, sostenerse, porque en investigación  todo avanza, y si tú no avanzas al mismo ritmo es como si te quedaras atrás. Hay campos en España que están a nivel internacional publicando, reconocidos los investigadores con premios internacionales, y todo eso hay que fomentarlo. Hay que fomentar la ciencia básica y la ciencia aplicada porque si no será siempre dependiente.

"Es necesario que en Inteligencia Artificial haya un comité de ética que regule o controle, como ocurre en genética"

¿Qué consejos daría a quien quiera dedicarse a la ciencia? ¿Qué cualidades debe tener?

A los pequeños, la curiosidad. Que quieran saber por qué esto es así. Que se pregunten. Y la educación y el estudio deben ser una cosa reposada, en este sentido los tiempos corren en contra. Se necesitan horas y perseverancia, y en eso los aragoneses somos buenos. En la investigación ocurre lo mismo: empiezas algo y no te sale a la primera y tienes que volver y repetir. La perseverancia es fundamental, y en estos tiempos vivimos en la sociedad de la inmediatez: si no te sale ya, desistes. También recomiendo estudiar lo que a uno le guste porque lo van a hacer mejor la carrera. ¿Cómo le vas a decir a un chico que va a acabar la carrera dentro de cuatro o seis o siete años que lo que tiene que hacer es esto es porque tiene más salidas? 

Ahora se habla mucho de la Inteligencia artificial, como el ChatGPT…

Con algoritmos se trabaja desde hace tiempo, pero el hecho de que lleguen a tomar decisiones de alguna manera y suplanten al humano... Creo que es necesario que en Inteligencia Artificial haya un comité de ética que  regule o controle, como ocurre en genética.   

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